El rol que juegan las empresas proveedoras en la Minera

Carlos Orlandi, Minnovex

Las Empresas Proveedoras de la Minería correspondientes al sector industrial que en los países angloparlantes se denomina METS (Mining Equipment, Technology and Services) deben jugar el relevante papel de ser traccionantes para acelerar en Chile el desarrollo de  capacidades y habilidades que permitan inicialmente participar en el mercado local y luego en el internacional de estos productos y servicios. Pienso que en esto hay un amplio consenso en Chile, y que el lema “Chile, exportador de Minería, no sólo de minerales” representa claramente esto.

En este sentido, como Minnovex adherimos a propuestas de visión como la expresada por la que se conoció como la “Comisión Lagos”, en la que participamos, reflejada hoy en los programas Valor Minero y Alta Ley. Se propuso, si me permiten tomar las palabras literales, “que la industria minera en Chile se convierta en un ejemplo a nivel internacional y en un orgullo nacional, por su aporte al crecimiento económico sostenible, por su contribución a un desarrollo con mayor equidad social y solidaridad regional e inter-generacional del país y de sus regiones mineras. Proponemos una minería virtuosa, inclusiva y sostenible”. Nosotros nos sentimos aludidos y comprometidos cuando ese mismo documento señala que “Chile necesita instituciones y estrategias que le permitan fortalecer su presencia en las cadenas globales de valor en la minería” y luego explícitamente sugiere que “el foco de la estrategia de inserción en las cadenas globales de valor sea el desarrollo de proveedores de la minería intensivos en conocimiento”.

El concepto de cluster, bien entendido por cierto, es fundamental para desarrollar en Chile una industria que pueda alcanzar el grado de “clase mundial” que esperamos; las universidades y centros tecnológicos son también parte de estos “proveedores”.

Nos hemos preguntado cada cierto tiempo qué sería de Chile sin cobre, o qué va a pasar con nuestra economía cuando ya no sea rentable explotar nuestros yacimientos, ya sea por mayor disminución de las leyes de cobre, profundización de los yacimientos, o castigos al transporte marítimo de concentrados, o bien porque se desarrolle grandes yacimientos más cercanos a los centros de consumo (Mongolia, Kazajstan, Panamá).

Al respecto, hoy parece haber un consenso suficiente en el sentido de la necesidad de replicar, adaptándolas a nuestra cultura, las experiencias de países exportadores de tecnología y soluciones de ingeniería para la minería, como Australia, Canadá, Finlandia y Sudáfrica. Estos son casos que han demostrado que es posible lograr una industrialización más diversificada y estable y de mayor proyección para enfrentar los efectos de la variabilidad de los precios de los commodities como nuestro cobre. Pienso que las empresas y universidades chilenas deberán estar a corto plazo preparadas para una eventual caída de la industria minera y ser ellas quienes continúen – en el futuro – participando en los negocios mineros internacionales.

Y si no baja el cobre, ya no se hablará de la Enfermedad Holandesa, sino del Milagro Chileno.

Carlos Orlandi, Presidente de Minnovex