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Chile

Si bien algunas mineras han desarrollado iniciativas que les permiten utilizar agua de mar en sus procesos, sigue siendo una opción restrictiva, por el al costo que implica el transporte.

Costo de transporte a faenas complica uso de agua de mar

Viernes 08 de Agosto de 2014.- Según la Estrategia Nacional de Recursos Hídricos 2012- 2025, presentada a principios de 2013, la minería y la industria utilizan un 21% del recurso hídrico nacional. El uso varía a lo largo del país y genera un problema particularmente agudo en la zona norte y la zona centro. El documento concluyó que al año 2010, desde la Región Metropolitana al norte la demanda de agua ha superado con creces su disponibilidad, observándose en algunas regiones un déficit cercano al 100%. Y en ese escenario el uso de agua de mar para las faenas mineras se vuelve una oportunidad.

Según José Miguel Cardemil, académico del Centro de Desarrollo Sustentable de la Universidad Diego Portales (UDP), la mayoría de las empresas que han optado por esta opción utilizan procesos de osmosis inversa, de bajo costo en su instalación, pero que consumen elevadas cantidades de energía eléctrica.

“El principal problema que tenemos en Chile es que desde el mar, de donde se saca el agua, hasta la ubicación de las faenas, hay un promedio de 200 a 300 kilómetros en la horizontal, pero con más de 2.000 metros sobre el nivel del mar", señala Cardemil. En definitiva, agrega: "eso requiere un consumo energético gigantesco en término de las bombas. El uso de agua de mar no está sólo relacionado con la desalinización, sino que con el transporte de agua de mar hasta la faena”.

Haciendo un cálculo rápido, indican los expertos, un requerimiento base para la operación de una faena minera podría necesitar cerca de cinco estaciones de bombeo o más, alimentadas por una potencia de al menos 5 MW durante las veinticuatro horas del día. Además la desalinización devuelve al mar agua con una mayor concentración de sal, lo que ha generado un nuevo debate.

Si bien un 8% del agua utilizada en la minería proviene del mar, llegando en Antofagasta a un 18%, generalmente corresponde a faenas que se encuentran cercanas a la costa y de mediana envergadura.

Para Lucio Cuenca, Director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA), el hecho de que las mineras estén analizando estas opciones, deja entrever que la situación es crítica y que la causa va más allá de la sequía o el cambio climático, y se anidaría en la sobreexplotación del recurso. Y si bien algunas empresas como Minera Esperanza, de Antofagasta Minerals, ya han optado por el uso de agua de mar en sus procesos, el especialista advierte que no habrá cambio si no existen modificaciones al marco legal.

“Mientras tengamos el régimen de propiedad privada del agua y la concentración de los derechos de agua en manos de las empresas mineras, va a ser muy difícil que cambie. Porque las mineras tienen hoy día agua gratis y no va a ser fácil, si es que no hay decisión política, que una minera que está usando agua dulce, agua gratis, que se la entrega el Estado, se cambie a desalinizar porque eso significa elevar los costos de manera importante”, indicó Cuenca.

Hasta ahora los avances para cambiar la normativa han sido escasos y no se han manifestado señales claras de un cambio de rumbo. Sin embargo, la página web del Senado da cuenta de una “votación virtual” sobre el proyecto de ley que “asegura el derecho al agua y a su acceso en cantidad y calidad suficientes, para satisfacer las necesidades individuales y colectivas”; consulta que a la fecha ha obtenido un respaldo superior al 95%.

Habrá que ver si en el futuro, las empresas mineras se deciden por nuevas formas de realizar sus procesos.

Radio Universidad de Chile

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