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Argentina

Según se cuenta, los jesuitas habrían enterrado un gran tesoro en el cerro Cuchiyaco, entre el límite entre Salta y Tucumán.

Martes 08 de Enero de 2013.- En Salta existe una infinidad de historias relacionadas con tesoros escondidos. En La Candelaria es particularmente famosa la leyenda de los cofres de oro, que se remonta a la época colonial, y hoy atrae a turistas y curiosos.

Se trata de tres cofres repletos de oro y plata que habrían sido enterrados en el cerro Cuchiyaco.

Desde la Dirección de Cultura local, los famosos cofres constituyen una de las ricas leyendas que tiene el pueblo y que pertenece a su acervo cultural.

Para algunos, se trata de mucho más que eso. No son pocos los vecinos que afirman que los cofres sí existieron.

“En las primeras décadas del siglo XX, varios investigadores que estudiaban vestigios de la cultura Candelaria encontraron las esquinas de los cofres. Dejaron señas para volver, pero no pudieron encontrarla porque el viento y las lluvias borraron todo”, contó Juan Romano, conocido ganadero de La Candelaria, quien además fue tres veces intendente.

“Mis abuelos y mi madre me contaban que vinieron muchas personas para trabajar en el cerro. Eran de Buenos Aires y de Europa, en especial de Francia. Hacían los campamentos al pie del cerro, pero nunca pudieron encontrar los cofres. Solo hallaron piezas de la cultura candelaria y algunas pepitas de oro en ollas de barro”, señaló Romano.

El tesoro de los jesuitas

Según cuenta la leyenda, entre 1760 y 1800, antes de su expulsión, un grupo de jesuitas que huía de las autoridades eclesiales del Alto Perú enterró tres cofres repletos con oro y plata en la ladera del cerro Cuchiyaco.

Los jesuitas se dirigían al puerto de Buenos Aires y no podían llevar consigo los tesoros que traían desde Potosí, por lo que los enterraron en su paso por el sur salteño, donde la presencia de la misión religiosa se remonta al 1700.

No pocos fueron tras el tesoro, pero, según se cuenta, murieron en el intento: la leyenda dice que cuando alguien asciende las laderas del cerro, éstas rápidamente se cubren de neblina, lo que desorienta a los
buscadores, que terminan desbarrancándose y encontrando así la muerte.

Los jesuitas

En América Latina, la orden se dedicó a la evangelización de los pueblos indígenas a través de la educación.

Levantaron numerosos colegios donde se les enseñaba a los nativos a leer y escribir. Ya para 1640 contaban con alrededor de 500 instituciones en Europa y América. Fueron expulsados de América en 1773.
En el sur salteño, uno de los vestigios de la presencia de los jesuitas es la imagen del Cristo articulado construido por la orden y que se encuentra en la capilla de El Naranjo, a 18 km de la Ciudad Termal.

El Tribuno

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