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Chile

"Santa Pamela", yacimiento de cobre ubicado en la cordillera de la Costa, en Antofagasta.

Lunes 14 de Enero de 2013.- En un año y medio, 80 personas condenadas por diversos delitos trabajaron en él, ganando casi el doble que en faenas similares. Hoy, sin embargo, ya no se financia. 
Manuel ha estado preso 20 de sus 37 años de vida por delitos reiterados, como robo con fuerza. Oriundo de Arica, hace un año y medio se radicó en Antofagasta, donde formó una familia y consiguió empleo, pese a sus antecedentes penales.

"Me convertí en minero y me cambió la vida", cuenta, mientras recorre una huella de tierra en el desértico cordón montañoso de la cordillera de la Costa.

Manuel camina hacia a la mina "Santa Pamela", 10 kilómetros al este de Antofagasta, que lo acogió en 2011. El único pirquén del país que sólo contrata a ex reos lo ayudó a cambiar su vida y a rehabilitarse.

A fin de mes, sin embargo, el yacimiento cerrará por falta de recursos económicos.

"Es injusto que cuando alguien hace algo que de verdad ayuda no reciba apoyo. Yo me rehabilité, no soy un delincuente, pero lamentablemente los últimos (trabajadores) que llegaron no creo que tengan la misma suerte", añade Manuel.

Luego de capacitarse en manejo de maquinarias, como cargadores frontales y retroexcavadoras, y de obtener la respectiva licencia de conducir, el ariqueño dejó el pirquén por una mejor oportunidad en otro yacimiento, pero de la gran minería.

Su hermano Jorge (49), casi tres décadas preso por diversos delitos, también trabajó en "Santa Pamela". Incluso se hizo pastor evangélico y guía espiritual de sus compañeros.

Hoy es guardia en una empresa de Antofagasta, y también lamenta el cierre: "No era sólo trabajo. También había paz, armonía y dignidad".

Reacios al contacto con personas externas a la faena por temor a ser estigmatizados, sus labores se extendían de 08:00 a 18:00 horas. Antes de cada comida -tres veces al día- había un respeto absoluto por rezar en conjunto y no beber alcohol.

Motivada por el encarcelamiento de un amigo, la familia Ramos Rodríguez -dueña del yacimiento- implementó hace un año y medio la política de sólo recibir a ex reclusos. La iniciativa tuvo tal acogida en la comuna que, según registros del Patronato de Reos y del Hogar de Cristo, los propietarios del pirquén recibían hasta 50 solicitudes de trabajo por semana.

"Tengo una panadería, una pequeña inmobiliaria e incluso arriendo piezas en mi casa, pero no nos alcanza. El costo de mantener el pirquén no baja de los $8,5 millones al mes, pero sólo generamos entre $6 millones y $7 millones", explica el constructor civil Álex Ramos (44), uno de los dueños de la mina.

En turnos de cinco días de faena por dos libres para los que viven en la zona, y de 20x10 para los de otras regiones, extraían hasta 30 toneladas diarias de cobre y unas 400 toneladas al mes.

Pero los gastos eran altos. Por ejemplo, más de $1 millón mensual en agua que Ramos trasladaba desde su casa en camión, y $5 mil diarios en combustible para abastecer los vehículos de trabajo y un generador que les daba luz las 24 horas.

Granja de animales

En total, 80 ex reos pasaron por "Santa Pamela", con un promedio de doce operarios permanentes. Tenían gas, televisión, radio y granja de animales, con chanchos, conejos, gallinas y patos, además de perros.

"Tengo esposa, tres hijos y un nieto que se sacrificaron conmigo para tener el pirquén. Puedo decir que al menos 25 trabajadores se rehabilitaron, y valió la pena el esfuerzo", afirma Ramos.

Los sueldos de los operarios fluctuaron entre $450 mil y $600 mil, casi el doble del promedio de lo que se paga en un pirquén similar en la zona.

Rehabilitación, esfuerzo y terapia

LUIS (45)
Oriundo de Andacollo, en la IV Región
"No es fácil dejar la droga, pero el trabajo y el desierto nos ayudaron. Ahora soy minero, y calificado".

ÁLEX (44)
Dueño del pirquén
"Espero reabrirla algún día, también con personas que tengan sus papeles manchados. Ahora no sé cómo, pero lo haré".

GUILLERMO (50)
Capataz
"Los animales nos servían de compañía, teníamos una responsabilidad con ellos, y también nos servían de terapia".

Emol

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