Home   +562 2225 0164 info@portalminero.com

Síguenos

Skip to end of metadata
Go to start of metadata

Chile

Miércoles 23 de Enero de 2013.- En 2007, las mineras integrantes del llamado G4 (el grupo de las cuatro mineras más grandes del SING: Codelco, BHP Billiton, Collahuasi y Freeport) accedieron a financiar una especie de salvataje que permitió a la generadora Gas Atacama seguir operando, pese a la obligación de tener que cumplir con un contrato de abastecimiento con Emel (hoy del grupo CGE), firmado a precios de gas argentino, en circunstancias que el recurso ya se había agotado.

La razón por la que las mineras accedieron a realizar este millonario salvataje fueron dos: no querían exponerse a la eventualidad de quedarse sin energía para operar y, además, consideraban imprescindible aprovechar al máximo el boom de precios del metal, que por entonces llevaba apenas dos años y que se creía duraría a lo sumo, uno o dos años más.

La operación abrió un debate al interior de la gran minería, pues varios actores que no formaban parte del G4 (la discusión se dio incluso dentro de cada empresa) consideraron que forzar a la minería a hacerse cargo del lastre que significaba Gas Atacama podría abrir la puerta para nuevos y crecientes requerimientos de recursos de otros actores bajo la siguiente premisa: la minería tiene caja y pagará lo que sea con tal de seguir operando. Y la energía es vital.

ABASTECIMIENTO

Finalmente esa historia terminó bien. Gas Atacama resolvió sus problemas y hoy se apresta a desarrollar nuevos proyectos para seguir abasteciendo al SING, las mineras pudieron operar sin el temido riesgo de blackout en el norte y el boom de precios ya va por su octavo año, pese a una pausa durante el año 2009.

Pero de que el episodio abrió una puerta, la abrió. Algunos personeros del sector creen que hay alguna relación entre ese episodio, sumado al pago de millonarios bonos en las negociaciones sindicales, con ciertas presiones que derivaron en el aumento de la tasa del royalty. Otros piensan que no existe ninguna ligazón entre ambos hechos.

Como sea, hoy la minería está mucho más cauta que entonces. La eventual amenaza es ahora la interconexión entre el Sistema Interconectado del Norte Grande (SING) y el Sistema Interconectado central (SIC), que tendrá un costo de unos US$850 millones.

Ya habrían ciertas presiones para que, otra vez, sean las mineras las que se hagan cargo del pago de esta línea.

Ejecutivos de la minería reconocen que están estudiando el tema, sobre todo por el antecedente del proyecto de ley de Carretera Eléctrica que plantea que, dado que las líneas se construirán con holguras y anticipándose tanto a la demanda como a la oferta, serán los clientes (se puede anticipar que estos actores seguirán siendo más o menos los mismos, no así los oferentes) los que deberán pagar esta línea que uniría ambos sistemas.

En el caso del SING, las mineras representan el 92% del consumo, por lo que se entiende que serán ellas las que deberán financiar la línea, considerando la falta de disponibilidad de generación para nuevos proyectos cupríferos.

En todo caso, es difícil que sea de otra forma.

Un personero del sector eléctrico señala que tanto en el SING (donde la minería constituye casi la totalidad de la demanda) como en el SIC, será la minería la principal beneficiada por esta interconexión.

Esto, porque las que requieren esta obra con mayor urgencia son las operadoras que se encuentran en el llamado SIC Norte, y que una vez que la línea esté operativa, podrán contar con un flujo seguro de energía, proveniente de las centrales a gas y carbón de Tocopilla y Mejillones, y a precios más competitivos (de acuerdo con lo que se observa ahora) que los del SIC, que llegan casi al doble.

Incluso si cambia este escenario y se alivian los precios de la energía en el SIC, al añadirle el componente de transmisión este costo se eleva. Difícilmente, cree un alto ejecutivo de una minera, energía proveniente de una hidroeléctrica sea más competitiva que el carbón en el SIC, principalmente por el factor transporte.

TEMA DE ANÁLISIS

José Tomás Morel, gerente de Estudios del Consejo Minero, plantea que es necesario definir distintos escenarios en los que los generadores y clientes participan en su pago. Como es hoy en el sistema troncal.

“A la minería le preocupa el costo de la línea de interconexión, así como debiera preocuparle a todos los demás clientes de las empresas eléctricas, tanto industriales como residenciales, porque a la larga todos terminamos pagando la cuenta. En lo inmediato, necesariamente la regla de tarificación de esta línea, que pasaría a formar parte del sistema troncal, es aquella definida para cualquier línea troncal, donde se contemplan distintos escenarios en que generadores y clientes participan en su pago”, explica el ejecutivo.

Por lo pronto, el ministro de Energía, Jorge Bunster, dijo ayer que el gobierno está trabajando para lanzar el concurso para adjudicar la interconexión. “Podemos estar llamando a licitación durante el primer semestre de 2013 y adjudicarlo durante este año”, precisó.

"Corriente continua ofrece más garantías"

La Comisión Nacional de Energía optó por hacer la unión de ambos sistemas en corriente continua.

El organismo desoyó tanto lo que sugirió el consultor contratado para analizar el proyecto como la recomendación del Centro de Despacho Económico de Carga (CDEC) del SING.

El ministro de Energía, Jorge Bunster, justificó ayer la decisión: “La recomendación de la CNE emana de muchos estudios que concluyeron que la corriente continua es más barata y ofrece más seguridad y garantías de independencia y de respaldo para los dos sistemas”.

La Comisión Nacional de Energía estima que el plazo de construcción y entrada en operación será de 54 meses contado desde que se adjudique.

Así, la fecha estimada de puesta en servicio de la interconexión de los sistemas es para fines de junio del año 2019.

Pulso

Portal Minero