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Gonzalo Cid, gerente general Fundación Tecnológica para la Minería de SONAMI

Gonzado Cid, gerente general Fundación Tecnológica para la Minería de SONAMI

miércoles 07 de agosto del 2019.- En un contexto global de grandes transformaciones, donde las nuevas  tecnologías están cambiando de manera significativa la forma en la cual se transan los bienes y servicios, las organizaciones, empresas e instituciones, ven amenazada su sobrevivencia y sostenibilidad. Este escenario plantea desafíos complejos, en especial, aquellos que implican cambios profundos en la forma en la cual hacemos las cosas, trabajamos y aportamos valor. Lo que tradicionalmente era lo adecuado, deja de serlo y la organización y las personas deben adaptarse a nuevos esquemas de trabajo, nuevas regulaciones, y nuevas formas de relación con sus grupos de interés, clientes, proveedores, etc.

Frente a un escenario cada vez más dinámico, la necesidad de «innovar» surge como un desafío recurrente, y que en la práctica se traduce en hacer las cosas de manera distinta, utilizando a veces los mismos recursos o incorporando nuevas soluciones tecnológicas o modelos de trabajo. Sin embargo, este desafío no resulta fácil debido a que innovar implica asumir riesgos frente a resultados muchas veces inciertos y con poco margen de control.  Responder a interrogantes de: Cómo innovar? Para qué innovar? Para quién innovar?, requiere de ciertos acuerdos básicos y visiones comunes, donde el diálogo entre las partes involucradas es fundamental y constituye un factor clave del éxito de cualquier proceso de innovación.

La expresión «diálogo» está compuesta por la raíz griega logos que en este caso representa «el significado de la palabra» y el prefijo dia que significa «a través de». Es decir, el diálogo hace posible la generación de nuevas ideas a través de la conversación, de la que puede emerger una visión común del problema o del desafío a abordar. Este significado compartido es el factor «aglutinante» y catalizador que sostiene los vínculos entre las personas y las sociedades y permite avanzar en un esfuerzo compartido.

Instituciones y organizaciones de diferentes partes del mundo han utilizado el diálogo como método o herramienta de trabajo para sus innovaciones socio-culturales, aplicándolas por ejemplo, en los procesos de planificación estratégica o generación de políticas públicas. Peter Drucker, considerado uno de los padres de la administración de empresas moderna, planteaba que  las innovaciones socio-culturales tienen tanto o más impacto que las innovaciones tecnológicas en el desarrollo de un país.

En Chile, se ha aplicado con éxito el diálogo en diferentes procesos de generación de políticas públicas y ejercicios de planificación estratégica, tales como la Política de Fomento para la Pequeña y Mediana Minería (2003); el proyecto «Opciones de mitigación para enfrentar el cambio climático» (2012-2015), más conocido como proyecto MAPS-Chile, por su siglas en inglés; la Hoja de Ruta Tecnológica de la Minería al 2035 (2015) y la Política Energética de Chile al 2050 (2015), para nombrar algunos casos.

En el documento «Fundamentos y Desafíos para el Desarrollo Minero», SONAMI planteó que se hace necesario elaborar una institucionalidad de diálogo permanente que ordene, de cara a los grandes proyectos de inversión, la relación entre las comunidades, las empresas y el Estado. El proceso debe ser transparente, efectivo y en igualdad de condiciones, para lograr acuerdos de valor compartido que impacten el desarrollo territorial. También indica que en el marco de los nuevos estándares internacionales de participación ciudadana y sostenibilidad, esta institucionalidad debe ser robusta, co-construida y validada por actores públicos, privados y la sociedad civil.

Frente a los desafíos de la industria minera chilena, en cuanto a productividad, seguridad y sustentabilidad de sus procesos, se  requiere de un esfuerzo de innovación no sólo en sus procesos productivos, sino también, en la forma de relacionarse con su entorno. En ambos ámbitos, el diálogo que permita avanzar en la construcción de soluciones y acuerdos estables resulta ser un factor determinante.

Una instancia de diálogo relevante para la minería y su sustentabilidad en el tiempo surgirá a partir de la creación del Instituto Chileno de Tecnologías Limpias en la Región de Antofagasta, el cual enfocará su labor de investigación aplicada e innovación en materiales avanzados basados en litio y otros minerales estratégicos para la electromovilidad; tecnologías de producción y almacenamiento de energía solar; y tecnologías y procesos mineros de bajas emisiones. Esta iniciativa convocada por CORFO, contribuirá a fortalecer el ecosistema de innovación en torno a la minería, estimulando un trabajo asociado y colaborativo entre la industria minera, el sector energético, las universidades y las empresas proveedoras.

Un vez más, el diálogo y la construcción de acuerdos sólidos y estables, será fundamental para lograr resultados concretos y soluciones efectivas que den respuestas competitivas a los desafíos de Chile, y su minería.

 


Gonzalo Cid, gerente general Fundación Tecnológica para la Minería de SONAMI

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