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Como emprendedor minero con más de 10 años de experiencia, he visto cómo ha avanzado el ecosistema de emprendimiento en la Región de Antofagasta, que en gran medida gira en torno a la minería del cobre.

Hoy vemos una gran gama de emprendedores que impulsan proyectos innovadores capaces de entregar las soluciones necesarias para convertir a la región en un hub minero mundial. El problema es que aún existen grandes empresas que no han visto el valor de apostar por ellos. Y muchas veces, grandes ideas y grandes proyectos quedan en el camino por falta de apoyo y financiamiento.

Hay otro gran obstáculo que debemos enfrentar y es el cultural. Cuando un emprendedor propone una idea revolucionaria para mejorar servicios que son necesarios, se encuentra con una gran resistencia y tiene pocas oportunidades para probarlo y desarrollarlo. A esto sumamos los filtros y las altas barreras de entrada que dificultan el acceso a las grandes compañías a la hora de licitar y ofrecer soluciones.

Esto sucede en primer lugar porque las empresas contratistas están enfocadas en entregar soluciones, cumplir con rapidez, llegar a sus metas, sin darse el espacio y tiempo para evaluar el valor agregado de una innovación.

En segundo lugar, vemos que existe desconfianza por la calidad del producto nacional. La creencia de que lo que viene de afuera es mejor está muy arraigada. Y lo cierto es que los proveedores nacionales están ofreciendo productos y servicios que lideran en calidad, y por lo mismo, muchas veces son más valorados en el extranjero que en nuestro propio país. Hemos visto, por ejemplo, que emprendedores chilenos han ido al mercado australiano ofreciendo soluciones únicas que emprendedores de otras fronteras aún no han logrado desarrollar.

Contamos con los medios para encaminarnos a que el emprendimiento afecte de manera positiva el desarrollo económico del país y para lograrlo debemos promover una cultura que fomente la adopción de nuevas tecnologías por parte de las grandes empresas. Debemos apostar por la innovación e impulsar los mecanismos necesarios para mejorar los procesos que aportan a la competitividad.

En ese sentido, organizaciones privadas como Endeavor o públicas como Corfo, que entregan apoyo a los emprendimientos, cumplen un rol fundamental. Los emprendedores que formamos parte de redes como Endeavor tenemos la posibilidad de recibir mentoría, asesoría estratégica, conexiones relevantes para el desarrollo de nuestros emprendimientos y vivir experiencias que nos permiten darle valor a las innovaciones que estamos realizando en las industrias, lo que nos empuja a seguir creciendo.

Impulsar un clúster minero en la Región de Antofagasta es posible, pero el camino no será fácil. Lo primero es confiar en el producto nacional. Junto a esto es clave que la industria sea más flexible y que nos unamos por los mismos objetivos, urge una vinculación real entre las empresas, los emprendedores y los actores regionales, para que efectivamente nos transformemos en los líderes globales de la minería.

Roberto Cifuentes, Emprendedor Endeavor y socio de Gprocess.

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