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Chile

Viernes 23 de Agosto de 2013.- Más de US$1.100 millones adeudan las sociedades cascada sobre SQM, de los cuales US$950 millones obedecen a compromisos de las compañías que Julio Ponce -controlador de esta cadena- pretende fusionar.

Deudas que se han garantizado con acciones cuyo activo subyacente no es otro que SQM, que en bolsa ha caído en torno al 30% tras la reciente crisis en la industria del potasio, lo que ha obligado al ejecutivo a buscar mecanismos para salir de una situación que él mismo ha reconocido como “delicada”.

Sin embargo, ésta no es la primera coyuntura adversa que enfrenta el empresario. El alto nivel de deudas de la cascada ha estado presente casi desde el origen de las mismas. En todas, Ponce ha encontrado la forma de salir adelante, ¿podrá en esta ocasión?

Créditos por más control.
2001 fue clave en la historia de la cascada. Ese año, entró Potash Corp con el 18% de la serie A de SQM (que permite la elección de 7 de los 8 directores de la empresa) tras hacerse de las acciones de las AFP. Una amenaza frente a la cual Ponce aumentó su porcentaje hasta el 37,02% de la serie A, cerca del límite del 37,5% establecido por los estatutos de la sociedad, lo que le permitía el designio de tres directores.

Para ello, sin embargo, Calichera suscribió un crédito por US$20 mills. con el grupo financiero japonés Nomura. Todo ello en circunstancias totalmente adversas para la sociedad, la crisis del yodo estaba afectando a SQM y sus matrices, lo que llevó a Moneda y Bancard -entonces sociedad de inversiones del presidente Sebastián Piñera- a pedir la liquidación de Calichera.

Un préstamo que era necesario saldar en poco tiempo, pues vencía en julio de ese año. Para ello, Ponce encontró una salida sin haber rematado una sola acción ni menos haber liquidado una sociedad. Vendido el 40% que Calichera tenía en Cerámicas Industriales, ligada al grupo Briones, suscribió otro crédito con los noruegos de Norsk Hydro por US$18 mills. a nombre de Calichera, a cambio del 49% de Inversiones SQNH, controladora de Norte Grande. Llegada la calma, años más tarde el propio Ponce volvió a hacerse de dicho paquete quedándose con la totalidad de Inversiones SQYA, sociedad que se había formado con el ingreso de los noruegos.

El bono de Calichera.
Entre 2004 y 2007, Calichera logra escalar desde el 20% que tenía en la propiedad total de SQM hasta el 32%, el límite; porción que sumada al 2,3% de Kowa sirvió para constituir un pacto controlador en la compañía, pudiendo elegir 4 de los 7 directores que permitía la serie A, la controladora.

Una jugada necesaria para terminar ganándole la batalla a Potash Corp por el control de SQM, pues los canadienses alcanzaron el 31,6% de SQM. Sin embargo, no estuvo exenta de costos. Calichera pasó de tener una deuda de 3.953 millones de pesos en 2003 a 258.985 millones de pesos a fines de 2007, teniendo como principales acreedores a Santander, Bci, Scotia y Corpbanca.

Ponce consolidó esa deuda emitiendo un bono internacional por US$250 mills. en EEUU, a una tasa de 7,75% anual, vigente hasta hoy.

Con el paso de los años los efectos de la pugna con Potash siguieron siendo visibles. En 2011, Ponce propuso un aumento de capital en Norte Grande y Oro Blanco por US$247 mills. y US$525 mills., con el objetivo de pagar dividendos y disminución de pasivos.

La situación hasta ahora.
Los compromisos que adquirieron las sociedades de Ponce se garantizaron con acciones cuyo valor tendría que ser equivalente al doble y hasta el triple (para los bonistas de Calichera) con respecto a la deuda, covenants exigentes para estas sociedades.

Con ese escenario, también en 2011 Ponce dividió Calichera y Oro Blanco para crear Potasios de Chile y Nitratos de Chile, respectivamente, con tal de dividir sus compromisos financieros. El objetivo fue la separación de aguas. Calichera se quedó con las deudas que tenía, sin tener más espacio para ello, mientras que Potasios nació sin endeudamiento, aunque con la posibilidad de hacerlo.

Nitratos también se creó sin deudas con el objeto de permitir a los accionistas de Oro Blanco separar su inversión en Calichera y Potasios, teniendo esta última la posibilidad de invertir en activos diferentes de SQM, incluso en Oro Blanco y Calichera.

Con el actual escenario, la estructura volvería a fojas cero, a la posición original de Oro Blanco y Calichera, aunque esta última con una flexibilidad de endeudamiento que antes no tenía. El objetivo es fusionar tanto las deudas como sus garantías. Sin embargo, no sólo se necesita esto, sino aumentos de capital en cada peldaño de la cascada, proceso que para ser exitoso depende del precio, el cual esperan conocer minoritarios.

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