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Argentina

La firma de un acuerdo para acelerar los plazos de reactivación de la obra entre el Gobierno y Vale se espera concretar en el marco del Foro de Inversión y Negocios que se realizará durante esta semana en Buenos Aires.

Lunes 12 de Septiembre de 2016.- El Gobierno argentino logró redefinir los términos del contrato con la empresa brasileña Vale, que tiene la concesión del proyecto minero Potasio Río Colorado y firmará el martes un acuerdo para acelerar los plazos de reactivación de la obra.

La firma se espera realizar en el marco del Foro de Inversión y Negocios, que el Gobierno organiza en Buenos Aires desde mañana y hasta el jueves, pero será durante la jornada del martes cuando se espera firmar el acuerdo exigiéndole a la firma brasileña un plan con fechas concretas para reanudar el proyecto, así lo consignó Diario Uno de Mendoza. 

En los últimos días los asesores jurídicos de los dos sectores han cruzado copias del acuerdo con la intención llegar a un consenso y poder firmarlo aprovechando la instancia en Buenos Aires.

Según el ministro de Economía, Infraestructura y Energía, Enrique Vaquié, el nuevo acuerdo impone fechas para que Vale efectivamente ponga manos a la obra en Malargüe; le permite al Gobierno auditar los avances mediante una consultora que seguirá los pasos de la firma y además los habilita a participar activamente en la búsqueda de un socio inversor que ponga más fondos para reactivar los trabajos en la mina.

El Estado provincial en tanto, estaba buscando desde hace meses que Vale encontrara un inversor para reactivar la explotación que está paralizada desde hace tres años y medio.

Cabe destacar que Vale en abril tuvo conversaciones con el Gobierno, pero finalmente no hubo movimientos concretos y los anuncios quedaron en nada. En esa oportunidad la minera brasilera le presentó una propuesta donde se reducían las proporciones del proyecto: se producirían 1,3 millones de toneladas anuales de sales de potasio, en lugar de los 4 millones de toneladas originales; se dejaba atrás la construcción de 352 kilómetros de vías ferroviarias hasta el puerto de Bahía Blanca y en su lugar se propuso ocupar camiones para llegar a la estación de transferencia de Río Negro.

En abril se comprometió verbalmente a ponerse en marcha en 18 meses en dos etapas. En la primera, se rediseñaría el proyecto en 90 días, con otro análisis de factibilidad técnica. Y luego otros 12 meses para el proyecto ejecutivo y recontratación de proveedores.

La idea de la firma era no sólo ganar tiempo para no perder la concesión del emprendimiento, sino también conseguir un socio estratégico que aportara inversión dinero y viabilizara el negocio de la extracción de las sales.

Pero los desencuentros entre el Gobierno argentino y Vale se han producido porque ambos actores tienen intereses contrapuestos. Por un lado el Gobierno quiere celeridad, para que por fin se reactive una inversión considerada clave para la provincia por la cantidad de movimiento económico que puede generar. Pero por el otro lado, Vale viene poniendo el freno al avance de la explotación en Malargüe porque las condiciones macroeconómicas no son tentadoras para embarcarse en el megaproyecto. Además hay que contar las dificultades tanto financieras como políticas que atraviesa el gobierno de Brasil. 

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