Home   +562 2225 0164 info@portalminero.com

Síguenos

Skip to end of metadata
Go to start of metadata

Colombia

Eso incluye petróleo y sus derivados, gas, oro, níquel, hierro, carbón y otros, lo que debe hacerse por concesiones, porque el gobierno no está en condiciones de arriesgar recursos en exploraciones, cuyos resultados son inciertos. Y las empresas que tienen capacidad financiera para hacer esas inversiones, por lo general, son extranjeras.

26 de Octubre 2012.- Como en un juego de ping-pong, o de tenis, vemos desde las graderías el debate sobre la minería, en el que participan el gobierno y las empresas exploradoras y explotadoras, de un lado; y ecologistas, indígenas y defensores del medio ambiente, del otro; y fuera del “mico” que produce girar continuamente la cabeza de un lado para el otro, nada le queda en claro al espectador desprevenido, lego en la materia.

El gobierno del presidente Santos, que no dudamos en calificar de serio y patriótico, propuso desde sus inicios, como una de sus “locomotoras” para generar desarrollo y prosperidad, la minería. Eso incluye petróleo y sus derivados, gas, oro, níquel, hierro, carbón y otros, lo que debe hacerse por concesiones, porque el gobierno no está en condiciones de arriesgar recursos en exploraciones, cuyos resultados son inciertos. Y las empresas que tienen capacidad financiera para hacer esas inversiones, por lo general, son extranjeras.

Y la oposición, que incluye defensores del medio ambiente, indigenistas y simples voceros de las “porque sí”, que son organizaciones que no tienen argumentos, sino que se oponen a todo porque sí, dice que las multinacionales se están llevando la riqueza nacional, destruyendo, de paso, los bosques, hábitat de la biodiversidad; envenenando las aguas y el aire, pervirtiendo los páramos y abocando a muchas comunidades, especialmente indígenas, al hambre, por el aniquilamiento de las tierras de cultivo.

¿Quién tiene razón?
“Todo extremo es vicioso”, dice el refranero popular, que es sabio. Bien vistas las cosas, puede haber un equilibrio entre los intereses de una y otra de las partes en conflicto. Los recursos mineros son un bien que debe utilizarse para generar recursos que financien el desarrollo. Pero, por ejemplo, en el caso del petróleo, el gas, el carbón, el hierro y el níquel, los beneficios que ha recibido el Estado, identificados como regalías, se han transferido en buena parte a los municipios y departamentos donde están radicados los yacimientos y han sido dilapidados sin misericordia, sirviendo, además, para financiar guerrilleros, paramilitares y políticos corruptos. Eso trata de corregirse ahora con una nueva ley de regalías, que distribuya esos beneficios por todo el país, lo que es justo, así se opongan quienes han sido hasta ahora beneficiarios.

Pero la explotación debe regularse para que no afecte el medio ambiente y los recursos de la biodiversidad, así se pierda plata, porque los bienes de la naturaleza no tienen precio.

Hay cosas que no se negocian, como la selva, los páramos, las cuencas de los ríos y la pureza de las aguas. Quimbayas, Muiscas, Calimas, Chibchas y otras comunidades aborígenes, de Colombia y de los países vecinos, especialmente andinos, explotaron el oro e hicieron “primores” (como dicen las señoras de dedo parado) en orfebrería, sin utilizar retroexcavadoras, mercurio ni cianuro, porque no tenían la angurria de las multinacionales canadienses, inglesas y demás; ni de mafiosos y grupos guerrilleros.

Esos parientes lejanos, por encima de todo, cuidaban el entorno natural, que al “capitalismo salvaje” no le importa. He ahí la diferencia, como le decía el muchachito a la muchachita, señalando hacia “el cono sur”.

lacronicadelquindio.com
Portal Minero