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Chile

Dada la estructura de impuestos a la minería, la verdadera preocupación debiera recaer en los márgenes de ella y no en el precio en sí mismo

Lunes 05 de Agosto de 2013.- Existe creciente preocupación en el sector minero por la evolución que puede tener el precio del cobre en el futuro, toda vez que se observa un mercado en el que se prevé un superávit de oferta en los próximos cinco años. Este superávit se genera tanto por parte de la oferta, como por la incertidumbre que aún existe en la economía mundial y que incide en una menor demanda por el mineral. Cabe señalar que por parte de la oferta, los proyectos que están saliendo en producción en los próximos años comenzaron su construcción cuando empezó el boom de precios a principios de la década del 2000, dado que el proceso desde que comienza la exploración hasta la puesta en marcha de un proyecto tiene una duración aproximada de entre ocho y diez años.

Es importante destacar que el precio del cobre se encuentra en los niveles más altos de la historia, solo superados por los registrados en los años 60 y que presenta su peak en 1966 con US$ 422 c/lb. Desde 2011, en que alcanzó un promedio de US$ 403 c/lb, el precio presenta una tendencia negativa. Durante los primeros siete meses de este año se observa una cotización promedio de US$ 337 c/lb, mientras en julio promedió US$ 313 c/lb.

Si bien el precio es una variable relevante, la verdadera preocupación es el impacto que dicho precio pueda tener en el futuro desarrollo de la industria, que ha generado más del 22% de los ingresos fiscales promedio entre 2004 y 2012. De hecho Patricio Meller, en su reciente libro “La viga maestra y el sueldo de Chile”, señala que si el aporte cuprífero se redujera a la mitad y se quisiera mantener el mismo nivel de gasto público, se requeriría una reforma tributaria en que el IVA subiera al 23%, el impuesto a las empresas aumentara al 35%, o cualquier combinación de ambas opciones. Así, del desarrollo de esta industria depende, en forma importante, el desarrollo de nuestro país.

Dada la estructura de impuestos a la minería, la verdadera preocupación debiera recaer en los márgenes de ella y no en el precio en sí mismo. Por ello, la atención de la industria se ha centrado en la reducción de los costos, que se han elevado especialmente a partir del año 2006, producto del boom del precio del cobre. Entre el año 2006 y el 2012, el cash cost total promedio de la industria aumentó 158%, mientras que el costo de la energía superó el 200%. En el mismo período el precio del cobre se incrementó en 18%.

Dado el fuerte aumento de los costos y la tendencia hacia la baja en el precio, la brecha ingreso-costo se vio reducida fuertemente en 2012, con el consiguiente efecto en ingresos fiscales. Mientras el precio disminuyó un 9,8%, los costos aumentaron en 8,8%, con la consiguiente disminución de 28% en la brecha entre ambos. Cabe destacar que dicha brecha se realiza con el costo neto a cátodos (C3) como un proxy de los costos totales. Sin embargo, este costo no incluye Capex, entre otros, fundamental para el futuro desarrollo de la industria.

Por esto, junto a la preocupación de la industria por la disminución de los costos, el gobierno ha hecho un llamado a contener éstos, para beneficio tanto de las empresas como del país en general.   María Cristina Betancour Directora de Estudios, Cochilco

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