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La firma, controlada por Antofagasta Minerals, consultó si necesitaba pedir permisos para ampliar dos recintos y crear un tercero, para trasladar el material estéril.
Lunes 08 de Enero de 2018.- En menos de un mes, el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) le dio la luz verde a Minera Los Pelambres -controlada por Antofagasta Minerals, brazo minero del grupo Luksic-, para dar inicio al traslado de los escombros que dejaron en territorio argentino.
Se trata del botadero construido en las cercanías de la frontera con Argentina, utilizado por Pelambres para acumular los escombros producidos por la operación de la faena, ubicada en la Cuarta Región del país.
En diciembre, la compañía, con la asesoría de Factorial, ingresó una pertinencia al Servicio de Evaluación Ambiental, la que fue resuelta por el ente, indicando que no era necesario que esta solicitud ingresara al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), al no constituir cambios de consideración a la Resolución de Calificación Ambiental recibida en 2004.
En el documento, el SEA toma en cuenta la recomendación del Sernageomin, que asegura que las obras propuestas se encuentran en los territorios autorizados en la RCA original. Pero además, se argumenta que al tratarse sólo de movimiento de material estéril, no se generará contaminación de la geología, ni tampoco habrá extracción de recursos más allá de los autorizados.
El Plan de retiro
Con el visto bueno de las autoridades ambientales, sólo resta definir los permisos fronterizos, que permitan el libre tránsito de los camiones entre ambos países, trámite que tampoco debiese presentar mayores contratiempos, al encontrarse bajo el marco del acuerdo firmado entre las cancillerías de Chile y Argentina.
Al conseguirlos, Pelambres tendrá vía libre para cumplir con las condiciones acordadas con las autoridades sanjuaninas, para lo que según explican en los documentos entregados al SEA, tardarían unos cinco años y medio.
Según propone la empresa del grupo AMSA, se busca ampliar la capacidad de dos botaderos que ya tiene construidos en la zona, donde irán a parar las más de 35 millones de toneladas que se depositaron en territorio trasandino, así como otros 6 millones que se encuentran del lado chileno.
Se trata de las expansiones de los recintos Las Hualtatas y Los Pelambres. El primero, extenderá capacidad en unas 47 millones de toneladas, mientras que el segundo, lo realizará en otros 10 millones, el cual será usado como una reserva y ante posibles contingencias que puedan ocurrir con el depósito principal.
También se consideran otros trabajos anexos, como levantar una línea eléctrica para alimentar los equipos que se necesitan para remover el material. Mientras que para cumplir con los compromisos acordados, Pelambres instalará maquinaria para monitorear que en el proceso no se contaminen afluentes.
En cuanto al costo del plan, fuentes cuentan que este sería mucho menor a lo que estimó en su momento el juez argentino que llevó la causa, Leopoldo Gallo Rago, quien valorizó la operación en unos US$ 150 millones.
La preocupación al interior de la compañía tiene que ver con la posibilidad de que los servicios de proveedores presenten un alza en sus costos, de la mano del ciclo de mejores precios que se proyecta para los próximos años, lo que encarecería el procedimiento.
Un cálculo más acabado se realizará con todos los permisos aprobados, aunque ya existen algunas certezas, tales como que las obras serán realizadas por contratistas y no por trabajadores propios. Respecto al movimiento del estéril, se espera que se retiren entre 7 y 10 millones de toneladas al año, los que serán trasladados en hasta cinco camiones de 1oo toneladas de capacidad durante la puesta en marcha, y en 10 camiones de 240 toneladas cuando se esté en pleno régimen.
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