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Chile

Con la acerera del Biobío partió la industrialización de la región. Hoy, los habitantes del puerto de Talcahuano ven con buenos ojos la sobretasa que comenzará a regir para el alambrón chino, y quieren apuntalar su acerera.

Lunes 18 de Abril de 2016.- Cuando se llega a Talcahuano por la costanera, desde Concepción, se puede leer un letrero con el lema de la ciudad "Primer puerto Industrial, Militar y Pesquero".

Esto, porque los choreros -este es su apodo- están orgullosos de contar con una Base Naval de la Marina, de hospedar una de las flotas pesqueras más importantes del país y, por cierto, de contar con un parque industrial donde hay una siderúrgica, maestranzas, plantas de cemento y una fábrica de alambre y clavos. En total, dice el alcalde esta ciudad, Gastón Saavedra, "en el parque industrial se emplean unas 10 mil personas".

De todo este polo, la planta más importante es Huachipato, la siderúrgica que fue el punto de partida para la industrialización de la región cuando se fundó en 1950, y que llegó a emplear a más de 10 mil personas en dos altos hornos y varias líneas de producción, que incluían desde planchas de acero hasta material para enlatados, que se enviaban a las pesquerías de Talcahuano.

La bonanza del acero entregó a la ciudad otro capital: un equipo de fútbol que ha ganado dos campeonatos nacionales -Huachipato- y también un centro cultural: Artistas del Acero.

Por eso, cuando el año pasado la empresa se vio obligada a reducir su producción, parlamentarios locales de distintas bancadas, así como autoridades de la región fueron a visitar la planta. Allí, justo en una de las líneas que dejó de operar, el intendente Rodrigo Díaz afirmó que "Huachipato tiene una incidencia muy importante en la economía regional, del orden de 85 millones de dólares, invirtiendo en 447 proveedores locales con una importante cantidad de mano de obra directa e indirecta. No los vamos a dejar solos".

De ahí que los penquistas celebraran la decisión de la Comisión Nacional de Distorsión de Precios (CNDP), que extendió por seis meses más las salvaguardias a la importación de alambrón de acero, una sobretasa del 38,9% que será publicada próximamente en el Diario Oficial.

"Protegerá el empleo en malos tiempos", dijo el seremi de Economía del Biobío, Iván Valenzuela, hace algunos días, cuando varias autoridades regionales, representantes sindicales y de empresas anunciaron la publicación del decreto en uno de los salones de la intendencia del Biobío.

"Estaremos más tranquilos", contó entonces Álvaro Pacheco, presidente del sindicato de Inchalam, una fábrica de alambre, mallas y clavos.

Lo cierto es que con la acción Chile se suma a los países que han tomado medidas contra -alegan- las exportaciones chinas por bajo el precio de costo. Una situación que ha afectado sobre todo a Huachipato, que funciona hoy con solo uno de sus dos altos hornos y que debió cerrar varias líneas de producción.

El impacto no se redujo a la industria: CAP ha debido recortar su aporte a Artistas del Acero, y hasta redujo su participación en el equipo de fútbol, Huachipato.

Todo esto, en el marco de una batalla que los penquistas dan en varios frentes, con tal de evitar el cierre de la siderúrgica.
Así, el alcalde del puerto, por ejemplo, apoya el proyecto de ley que permite que navieras extranjeras puedan dedicarse al cabotaje entre puertos chilenos. "Hoy, mover acero desde Talcahuano a Antofagasta cuesta lo mismo que llevarlo desde China. Eso no puede ser", dice, seguro de que de aprobarse, la medida favorecerá a la siderúrgica.

Los sindicatos, por su parte, buscan ampliar las sobretasas a otros productos. "Los trabajadores de Inchalam estamos pidiendo una reunión con la CNDP para fin de mes. Queremos que haya protección con otros productos chinos, como las mallas", cuenta Pacheco.

Junto con esto, los mismos huachipatinos -como se conoce en Concepción a los trabajadores de la acerera- buscan adaptarse al nuevo escenario y sobreponerse.

Así, CAP contrató a la consultora Mc Lellan & Partners, especialista en la industria siderúrgica, para ver qué medidas tomar. Entre esas acciones, está fortalecer las fiscalizaciones al acero importado cuando arribe a puertos chilenos. Esto permitirá asegurar que la normativa vigente se cumpla.

Otra acción toma en cuenta el elevado costo de la energía, que significa un 50% de los costos de producción para Huachipato. En esta línea, la medida más importante implica la construcción de una planta generadora, que abastezca a la acerera y que incluso permita vender un excedente al Sistema Interconectado Central (SIC), dentro del paño de 440 hectáreas que la siderúrgica ocupa en Talcahuano.

Ernesto Escobar, el gerente general de Huachipato, no pone en duda que el esfuerzo rendirá frutos, a pesar de los fuertes golpes que ha debido aguantar la acerera. "Los ajustes mayores ya fueron hechos, y lo que puede esperarse para adelante son los ajustes propios de cualquier empresa que está viva, funcionando y buscando su eficiencia y su productividad".

El Mercurio

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