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Chile

Con ese adjetivo se refieren en Palacio a la decisión de Colbún. Esta es vista como “un intento por mostrar los dientes al gobierno” y dar una señal “de la molestia de este sector del empresariado con varios” de los inquilinos de La Moneda, especialmente con el Presidente, Sebastián Piñera. En todo caso, más de uno en el gobierno reconoció que, a pesar que el discurso público ha sido defender la solidez de la Estrategia Nacional de Energía, no se puede desconocer que se anunció una política que en la práctica no ha avanzando mucho

06 de Junio de 2012.- Que los tomó totalmente por sorpresa, se sabe. Que en La Moneda se enteraron —literalmente— por un comunicado de prensa, también.

Es que nadie en el gobierno ocultó el asombro que les generó el anuncio que Colbún hizo público aquella tarde del miércoles 30 de mayo, recomendando al directorio de HidroAysén suspender de manera indefinida la entrega del Estudio de Impacto Ambiental de la línea de transmisión de la megacentral.

Este es un segundo paso vital para el proyecto energético. Ya en abril se había dado luz verde a la primera etapa: la construcción de cinco centrales en los ríos Baker y Pascua, una inversión que comprende US$ 3.200 millones.

A pesar de los intentos por bajar el perfil al batazo del grupo Matte, el episodio rondó ayer como un fantasma la visita de Estado del Rey Juan Carlos de España, cuya comitiva empresarial está encabezada por el presidente de Endesa, Borja Prado, —con el 51% de las acciones de HidroAysén bajo su control—, quien desdramatizó la situación.

En Palacio demoraron algunos días en aquilatar las dimensiones de la movida del grupo Matte, entendida sin pudor ahora como una “pataleta” empresarial que tiene más de una lectura. Pero es un hecho reconocible el que estaban totalmente desprevenidos, cuando hace una semana Colbún lanzó su duro comunicado, firmado por el presidente del directorio, Bernardo Larraín Matte: “Mientras no exista una política nacional que cuente con amplio consenso y otorgue los lineamientos de la matriz energética que el país requiere, Colbún estima que no están dadas las condiciones para desarrollar proyectos energéticos de esta magnitud y complejidad”. Es más, al día siguiente del anuncio todas las miradas se concentraron en la tensión y molestia por partes del texto que precisaban que los poderes Ejecutivo y Legislativo debían “consensuar cambios institucionales y regulatorios necesarios para viabilizar los proyectos de generación y transmisión que demanda el desarrollo económico y social de Chile”.

Pasado el primer impacto, en La Moneda reconocían que la decisión de Colbún fue vista como “un intento por mostrar los dientes al gobierno” y dar una señal “de la molestia de este sector del empresariado a varios” de los inquilinos de Palacio, especialmente al Presidente, Sebastián Piñera.

En todo caso, más de uno en el gobierno reconoció —a pesar que el discurso público ha sido defender la solidez de la Estrategia Nacional— que el episodio obliga a revisar las debilidades que tiene la institucionalidad energética, ya que no se puede desconocer que se anunció una política que en la práctica no ha avanzando mucho. “La incertidumbre en los negocios es un factor demasiado relevante y desde esa perspectiva, se entiende lo que hicieron los Matte con HidroAysén”, comentaron en La Moneda.

En el oficialismo hay preocupación por el escenario actual y están conscientes que en términos energéticos, este es un problema que se “heredará” para las futuras administraciones. Consideran que el grupo Matte hizo una “advertencia” a todos los sectores de la necesidad que se llegue a una suerte de “acuerdo país en términos institucionales en materia energética”.

Desde el gobierno, fue el ministro de Economía, Pablo Longueira, quien reflejó el tono de la molestia: “No necesitamos ningún gallito, ninguna presión, para hacer aquellas cosas que consideramos que son fundamentales y decisivas para el desarrollo económico del país”. Ello, mientras en privado, los ministros de Energía, Jorge Bunster y de la Segpres, Cristián Larroulet, se abocaron a dar señales de calma y certezas al empresariado, poniendo el acento en que se habían “acelerado” varios puntos de la Estrategia Nacional de Energía, como adelantar de diciembre a septiembre el envío al Congreso del proyecto que establece la carretera eléctrica, fundamental para comenzar la construcción de las represas de generación de los ríos Baker y Pascua, en Aysén, ya que por ellas se inyectará la energía producida al Sistema Interconectado Central (SIC).

Sin embargo, en la casa de Gobierno insistieron en que nada se adelantó, que el proyecto de la carretera siempre estuvo contemplado para el segundo semestre de este año y que hacía meses que se tenía en carpeta el mes de septiembre.

Es más, si bien en un principio estuvieron algo perplejos y molestos, el análisis más pausado del escenario ha hecho —con el correr de los días— que el gobierno considere que este episodio requiere de una mirada más profunda y no quedarse sólo en la lectura de un intento por pasarle la cuenta a Piñera.

En Palacio consideran que de trasfondo en el tema de HidroAysén está el antecedente que el proyecto de la hidroeléctrica se ha encarecido demasiado —actualmente ascendería a los nueve mil millones de costo— y que Colbún (49%) no quiere desembolsar dicho monto, ya que en el circuito empresarial es comentado que el grupo Matte no atraviesa por uno de sus momentos de mayor liquidez financiera.

En ese entendido, toda la crítica pública que Colbún hizo de las incertidumbres institucionales serían —destacaron en el gobierno— un intento por “justificarse” para que sea el Estado quien termine asumiendo el gasto extra.

EL OTRO ACCIONISTA

 

Si bien en La Moneda desde el primer momento se rayó la cancha y dejaron en claro que se trataba de un conflicto “entre privados”, no dejaron de llamar la atención la ronda de reuniones consecutivas que Borja Prado tuvo el lunes en la noche, con el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, con Bunster y finalmente con Larroulet en La Moneda.

“Estoy en una visita institucional acompañando al rey y he visitado a los ministros como hago en las visitas cuando vengo aquí, no tienen que tener ninguna preocupación”, precisó ayer el empresario español sobre las conversaciones con las autoridades chilenas, tras participar del almuerzo que Piñera ofreció al Rey Juan Carlos en La Moneda.

En todo caso, el presidente de Endesa-España aprovechó para asegurar que el clima en Chile es “muy bueno, nos sentimos cómodos, tenemos un compromiso con Chile y seguiremos invirtiendo en este país, porque nos da una seguridad jurídica y nos encontramos muy bien”, afirmó.

Aunque descartó haber tratado el tema de HidroAysén con el gobierno chileno durante el almuerzo, Prado declaró que “la intervención que ha tenido Colbún, nosotros nada más que lo estamos estudiando, pero estamos tranquilos por la situación” y aseguró que “grandes problemas en este tema no existen”.

Las señales de tranquilidad no sólo las dio el empresario español. El presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio, Lorenzo Constans, dijo que esta instancia de diálogo con los pares españoles era buena para avanzar y que en el caso de HidroAysén, el Presidente Piñera “está haciendo su pega y todos tenemos que ayudarlo a que resulte”, idea de apoyo que también fue refrendada por el presidente de la Sofofa, Andrés Concha, quien se declaró preocupado “como todo el mundo y la opinión pública en general por este tema”, por lo que destacó la importancia de “llegar a un gran consenso”.

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