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México

La concesión se otorga por cincuenta años en el 2003. Por entonces, sólo se enteran los abogados y directivos de la corporación minera, algunos ingenieros de campo, y supongo que por una tarjeta en su mesa de trabajo, el empresario Carlos Slim.

19 de Junio de 2012.- Tetela de Ocampo, Pue. Paciencia natural la del minero. O mejor, la de los abogados de los mineros, a juzgar por los plazos que se escurren en el papeleo de concesiones, trámites legales, concertaciones financieras y estudios y proyecciones técnicas. Es la paciencia del capital y la sabiduría añeja del que todo lo puede.Así que para entender las pretensiones de la Compañía Minera FRISCO, una de tantas posesiones del Grupo CARSO de Carlos Slim, en la región de la Cañada en Tetela de Ocampo, en la Sierra de Puebla, con el proyecto de explotación minera a cielo abierto a través de la subsidiaria La Espejera, hay que asimilar que contra todos los modos atropellados del capital, al final sabe que tiene el tiempo de su lado. Que el subsuelo siempre estará ahí, y el Estado para dar los permisos, también.

La concesión se otorga por cincuenta años en el 2003. Por entonces, sólo se enteran los abogados y directivos de la corporación minera, algunos ingenieros de campo, y supongo que por una tarjeta en su mesa de trabajo, el empresario Carlos Slim. Por supuesto, también los funcionarios que en aquel tiempo la otorgaron. Es el primer paso en el largo proceso que llevará a la producción de los primeros gramos de oro. Pero ya lo dieron. Ahora sólo necesitan tiempo.

Diez años después apenas se han enterado sus habitantes. El rumor ha corrido poco a poco: “están comprando tierras en la Cañada”, “ya fulano vendió”, “ya están metiendo barrenos en el terreno de zutano”, “ya son más de cincuenta almuerzos los que se llevan de la fonda de mengana”.

Pero no hay nada escrito. Tan sólo la concesión otorgada por el gobierno federal y su Dirección General de Minas, con el Título de Concesión Número 220980, en la Agencia 94, con expediente 5/1/00736, para la empresa Minera San Francisco del Oro, S.A. de C.V. con una superficie de 10663.92 hectáreas, con nombre de lote LA CAÑADA 1, en el municipio de Tetela de Ocampo, en estado de Puebla. Y la vigencia claramente delimitada en ese tiempo largo de los mineros: del 11 del 11 del 2003 al 10 del 11 del 2053. (datos: Coordinación General de Minería).


Brilla, es oro

La producción de oro según Wikipedia: “Debido a que es relativamente inerte, se suele encontrar como metal, a veces como pepitas grandes, pero generalmente se encuentra en pequeñas inclusiones en algunos minerales, vetas de cuarzo, pizarra, rocas metamórficas y depósitos aluviales originados de estas fuentes. El oro está ampliamente distribuido y a menudo se encuentra asociado a los minerales cuarzo y pirita, y se combina con teluro en los minerales calaverita, silvanita y otros. Los romanos extraían mucho oro de las minas españolas, pero hoy en día muchas de las minas de este país están agotadas.”

Y detalla: “El oro se extrae por lixiviación con cianuro. El uso del cianuro facilita la oxidación del oro formándose Au (CN)22- en la disolución. Para separar el oro se vuelve a reducir empleando, por ejemplo, zinc. Se ha intentado remplazar el cianuro por algún otro ligando debido a los problemas medioambientales que genera, pero o no son rentables o también son tóxicos. En la actualidad hay miles de comunidades en todo el mundo en lucha contra compañías mineras por la defensa de sus formas de vida tradicionales y contra los impactos sociales, económicos y medioambientales que la actividad minera de extracción de oro por lixiviación con cianuro genera en su entorno.”

Qué significa lixiviación, la química y su uso en la producción minera: “La lixiviación, o extracción sólido-líquido, es un proceso en el que un disolvente líquido pasa a través de un sólido pulverizado para que se produzca la elución de uno o más de los componentes solubles del sólido.”

Este no es un asunto extraordinario, dado el incremento del precio de los metales en el mundo. Centroamérica, Colombia, Perú, Bolivia, Brasil, Argentina, para hablar tan solo del mundo americano, tienen ejemplos al por mayor del hecho simple y llano: hoy es más barato arrasar los montes, "descapotarlos”, como dicen los ingenieros de minas, moler las piedras y filtrar con cianuro los polvos, que utilizar los antiguos métodos de las explotaciones subterráneas. Así lo cuenta para la televisión de su país el activista colombiano Néstor Jaime Ocampo, de la organización civil colombiana Fundación Ecológica Cosmos:

“Las principales minas de oro del mundo se están agotando. Son esas minas donde el oro estaba más o menos choto, pulpito, como decimos nosotros, fácil de sacar. Vetas grandes o áreas a la orilla de los ríos, que era donde se hacía la explotación de aluvión, donde se sacaba el oro que se había acumulado durante miles de años. Como todo eso se ha acabado, ahora de lo que se trata es de extraer partículas casi microscópicas que se encuentran muy dispersas en material del subsuelo. Es cuando entra en juego los desarrollos tecnológicos, las grandes máquinas y la química.

“Qué es una explotación a cielo abierto: lo primero que hacen es quitar a la gente de la superficie de la tierra, y eso se hace por las buenas o por las malas. Por la buenas, te obligan a vender la tierra, por las malas intervienen el ejército o los paramilitares. Eso es lo que se ha visto en Colombia desde hace veinte o veinticinco años. Después de quitar a la gente, sigue quitar la vegetación y los animales, o sea hay que quitar la vida encima. El suelo hay que quitarlo también porque ahí no está el oro. Tienen que despejar áreas de centenares de hectáreas. Luego se llega al subsuelo, se quiebra la roca con dinamita, y el material se saca en volquetas muy grandes, de trescientas toneladas, se lleva a unos molinos, se muele, se vuelve polvo, se impermeabilizan unas áreas y se llenan de ese material montañas de ese material molido, y se riegan con cianuro durante semanas o meses por encima de esas montañas. El cianuro atrapa las partículas macroscópicas de oro, y eso va a dar a lo que se lagos o estanques de escole. De allí se toma y se trata con carbono activado, se sale aparta el cianuro, que se toma con motobombas y se sigue rociando por encima.

“Al cabo de doce, quince, veinte, máximo veinticinco años la mina se agota, la empresa se va, y a nosotros nos queda un hueco inmenso, completamente estéril en donde ha desaparecido la vida, el suelo, la gente por supuesto, las fuentes de agua, y nos dejan montañas de un material saturado de cianuro, las máquinas donde están los molinos, que eso no se lo llevan las factorías donde se hacen los procesos químicos, pues eso tampoco se lo llevan, y esos grandes estanques llenos de cianuro.

“Ahí se quedan las montañas de material fracturado, molido, saturado de cianuro, que van a seguir generando contaminación durante siglos. Porque hay otro fenómeno que es el de los drenajes ácidos, porque todo ese material que antes estaba bajo la tierra, con materiales pesados que expuestos al aire, a la atmósfera, al clima, genera óxidos de metales pesados. Y también el agua lleva metales pesados a las aguas de escorrentía, a las aguas subterráneas y a los suelos, todo el con el tiempo, con el viento y con las aguas, es un desastre total. La descripción es terrorífica. Y cada mina representa centenares de hectáreas.”

Frisco por sí misma

Carlos Slim, con el Grupo CARSO, compró Minera Frisco en 1984. Con antecedentes coloniales (Fray Juan de Torquemada registra ya la explotación chihuahuense en el siglo XVII), la compañía ha tenido en el fundo de San Francisco del Oro su cimiento principal. Con capital inglés a principios del siglo XX, y con el desarrollo de un proceso técnico de flotación selectiva, se inició en 1920 la explotación del yacimiento a gran escala llegando a una molienda de 240 mil toneladas anuales. En 1962 la empresa fue mexicanizada, y con la ley minera de ese año se constituyó formalmente como Minera Frisco, S.A. Ya como parte del emporio Slim, la compañía ha adquirido diferentes explotaciones en distintos puntos del territorio mexicano.

Así se describen en su página web: “Somos una empresa mexicana con una trayectoria de más de 50 años, aunque en la historia algunos de nuestros yacimientos datan del siglo XVII. Nuestras operaciones están orientadas a la exploración y explotación de yacimientos minerales en diversas entidades de la república mexicana. Producimos concentrados de plomo, zinc y cobre, así como dore de plata y oro y cobre catódico, vendemos nuestros productos en México y en el extranjero. Al cierre del año 2010 en Minera Frisco contamos con Unidades Mineras en Baja California, Sonora, Chihuahua, Zacatecas y Aguascalientes. Tenemos proyectos de expansión y de explotación en otros estados de la República. Para la localización, identificación y caracterización mineralógica empleamos las técnicas más modernas y desarrollamos otras propias con el respaldo del Centro de Investigación y Desarrollo Carso.”

El diario El economista, el pasado 8 de mayo del 2012 reveló que “Minera Frisco fue la estrella del primer trimestre del 2012 para los negocios de Carlos Slim. Entre las empresas del magnate que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), la minera superó casi 12 veces a América Móvil en la aportación de riqueza, con un total de 39% del valor de capitalización en el periodo.”

Y más: “Minera Frisco, se benefició de un aumento en los volúmenes de producción, de la estrategia financiera de cobertura de precios de metales en el mercado de futuros y de ganancias por fluctuaciones cambiarias por 523 millones de pesos durante el trimestre.”. La minería corre, a golpe de dinamita, a la cabeza de las intenciones de CARSO.

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