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Perú

25 de Junio de 2012.- Desde el punto de vista económico, creemos que los disturbios sociales harán que los inversionistas piensen dos veces antes de invertir recursos en distritos mineros que tienen una historia de descontento social.Tras las muertes en la provincia de Espinar, el gobierno peruano declaró estado de emergencia en la zona, tras la creciente protesta cerca de la mina de cobre Tintaya, propiedad de Xstrata. La violencia se desató cuando los manifestantes afirmaron que la mina contamina las aguas cercanas, demandando que Xstrata incremente sus donaciones financieras al gobierno local de la provincia de Espinar. Esperamos consecuencias políticas (ya evidente en la salida de varios miembros del congreso) por los desafortunados eventos que llevaron a la muerte de los manifestantes.


Desde el punto de vista económico, creemos que los disturbios sociales harán que los inversionistas piensen dos veces antes de invertir recursos en distritos mineros que tienen una historia de descontento social. Esto significa que unos US$53,000 millones en inversiones pudrían estar en riesgo debido a la situación en estas zonas de conflicto. El caso de Minas Conga es el mas emblemático y con mayor difusión a nivel internacional. La respuesta que tenga los operadores del proyecto va a ser una clara senal de cómo ven la situación en Perú, y por ende seria un precedente para la inversión en el país. El caso de Tintaya tiene una postura más política y presentan signos de tener elementos de una postura radical. Desde un punto de vista técnico, la operación Tintaya cumple con todos los estándares y procedimientos medioambientales; de hecho está programado para empezar a funcionar en agosto.

En nuestra opinión, el problema real – y pensamos que esto es igualmente cierto para otros distritos en Perú – es que el gobierno local carece de la capacidad para gastar ingresos de los impuestos y está de hecho sentado en altos de dinero. El presupuesto municipal de Espinar es de PEN 190 millones al año, y su eficiencia es tal que logra usar sólo el 30% de este presupuesto.

¿Adónde lleva esto?
Pensamos que la administración de Humala ahora tendrá que tomar algunas decisiones políticas duras. Un elemento del mercado cree que las protestas en contra de la minería debieron haber sido reprimidas firme e inflexiblemente al comienzo de su mandato. De hecho, su primer cambio de gabinete fue motivado por la aparente debilidad en el manejo de las protestas contra el proyecto Minas Conga de Newmont/Buenaventura; ahora el uso de mediación para evitar la violencia parece haber sido infructuoso.

Bomba de tiempo política para Humala
En nuestra opinión, este nuevo desarrollo afectará probablemente la popularidad de Humala en el corto plazo, aunque una resolución inmediata podría reducir la duración de este efecto. En términos económicos, también hay cierta urgencia. Esta situación amenaza retrasar la inversión en un sector que mueve el 60% de las exportaciones peruanas. En nuestro punto de vista, Humala sentirá la necesidad de contener sus efectos lo antes posible.

¿Se está propagando un grupo radical hacia otros distritos?
Creemos que un grupo minoritario radical de extrema izquierda está tratando de evitar la expansión de proyectos de minería de gran escala y está buscando extender su alcance político. Inicialmente, pensamos que los conflictos que rodeaban las operaciones Puno de Bear Creek Mining y los planes de Newmont/Buenaventura en Cajamarca eran casos aislados. Pero según como lo vemos, la oposición radical se está extendiendo a otras áreas y ganando apoyo de otras comunidades. Reconocemos que esto aún es un movimiento pequeño. Pero, ¿qué oímos en terreno? Circulan informes de una aparente corriente radical que dice no tanto a la expansión Antapaccay de Tintaya como al proyecto de cobre de US$4,200 millones de Las Bambas – ambos de posesión de Xstrata. Se anticipa que Las Bambas en el sur de Perú producirá un promedio de 400,000 toneladas de concentrado de cobre al año, más oro, plata y subproductos de molibdeno, a partir de fines del último trimestre de 2014.

El proyecto está en su fase de ingeniería, pero en nuestro punto de vista la animosidad que existe contra éste podría finalmente llevar a cierto contagio en la zona: si el ruido de la protesta y/o la potencial obstrucción lleva a otros desarrollos, o si el gobierno pierde el control del orden público y persiste la desobediencia civil, vemos que es posible que haya un incremento del riesgo vinculado a Southern Copper.

Emol
Portal Minero