Chile
Sólo en 2012 han ingresado a evaluación ambiental más de US$10 mil millones en ERNC, la mayoría de ellas ligadas a la minería. Un proyecto solar demora un quinto que otro hidroeléctrico en operar.
26 de Noviembre 2012.- "Por ahora el suministro pareciera estar garantizado, pero a las actuales tasas de crecimiento no lo estará en el mediano plazo". Esa fue una de las frases con que el presidente del Consejo Minero, Joaquín Villarino, expuso el pasado miércoles la coyuntura energética que está afrontando hoy la gran minería nacional.
Para el dirigente gremial, lo que el sector necesita es un gran acuerdo social que asegure que los proyectos energéticos puedan realizarse, permitiendo con ello el desarrollo del sector minero.
Pero ese acuerdo no existe. Hoy no son pocos los proyectos que se han postergado o cancelado ante la incertidumbre energética, por lo que las mineras han debido tomar el problema en sus propias manos.
Además de buscar acuerdos, el sector minero ha comenzado a invertir y asociarse para generar energía que garantice, aunque sea en parte, un suministro que asegure continuidad a sus operaciones.
El tema es que los consumos de la minería son inmensos (representan un tercio del país), y la energía es crítica para casi todos los procesos del sector.
Por eso es que prácticamente todas las mineras han anunciado inversiones energéticas, al punto que este movimiento está impulsando un "cambio estructural en el sector, en donde la minería va a ser un actor relevante en autogeneración", explica Annie Dufey, de la Fundación Chile.
Además, al impulsar fuentes propias de generación, las compañías buscan bajar los cada vez más crecientes costos de este insumo.
"Es una decisión finalmente de negocios. Poner los recursos donde haya una mayor rentabilidad y, por otro lado, garantizar un suministro eléctrico seguro, estable y competitivo", dice René Muga, gerente general de la Asociación de Generadoras.
Más pequeños y verdes
Pero, al igual que en la minería, los proyectos energéticos afrontan una alta judicialización, por lo que las mayores inversiones se están concentrando en aquellos tipos de energía que son menos resistidas por la población, por lo que pueden entrar más rápido en operaciones.
"Las mineras están mirando con muy buenos ojos la energía eólica, geotérmica y solar", y están invirtiendo fuerte en ellas", explica el abogado Antonio Ortúzar, de Baker & McKenzie.
Por eso hoy las inversiones eléctricas de las mineras son ya una tendencia, en la que sólo durante 2012 los proyectos solares y eólicos ingresados al SEIA superan los US$10 mil millones.
Hoy Caserones se provee de paneles solares y Antofagasta Minerals también tiene una planta de energía solar que provee a El Tesoro, además de Energía Andina, donde desarrolla energía geotérmica.
Codelco, empresa que concentra el 12% del consumo eléctrico nacional, obtiene energía de parques eólicos y solares, como Atacama Solar, pero también tiene dentro de su cartera de futuros proyectos nuevas centrales solares e, incluso, una de generación hidroeléctrica producida en los relaves de la División Andina, lo que además evita gran parte de las externalidades negativas de la generación.
Pero es tan fuerte el problema de la judicialización, cuentan en la industria, que incluso hay casos como el de la central Kelar de BHP, que el martes pasado fue modificada para pasar de usar carbón a gas natural. Así el proyecto sería menos resistido por la sociedad, que ve que el gas natural es menos dañino para el medio ambiente -y las comunidades- que el carbón.
Pero como la urgencia es lo que manda, además de evitar la judicialización, los nuevos proyectos también deben ser rápidos de implementar.
Diego Lizana, jefe de Eficiencia Energética de Collahuasi, por ejemplo, explica que si bien en la empresa están desarrollando energía de fuentes geotérmicas, por ahora es más fácil el uso de otro tipo de energías. Este año la firma adjudicó a la española Solarpack la Central Solar más grande del Cono Sur, la que les proveerá el 13% de la energía que necesita esta operación durante el día.
La opción solar, si bien no es la más eficiente, sólo demorará dos años en proyectarse y comenzar a operar, un quinto del tiempo que hoy demoran en ponerse en operación los proyectos energéticos más convencionales (EMOL).
Portal Minero