Manuel Viera, Director Escuela de Minas UDLA
El 2018 fue un mal año para la economía mundial, que se vio afectada, principalmente, por pérdidas sustanciales en energía y metales básicos, con otro año pobre para las materias primas, que han comenzado este mes de enero a la baja. Entre los mayores perdedores de 2018 en los metales está el cobre, que cayó un 19% en el Comex; mientras que la plata perdió 0.2% y el platino cayó 0.4%.
El Banco Central de China en su mensaje de fin de año dijo que reconoció "profundos cambios en el entorno externo y la presión a la baja sobre la economía nacional china", por lo que se espera que el crecimiento global se desacelere para el 2019. Esto es una noticia alarmante para los países productores de materias primas como el cobre, oro fierro, plata, entre otros.
Por otro lado, este miércoles 2 de enero Apple recortó su proyección de ventas por una demanda más débil en la nación asiática, lo que atenúa aún más las perspectivas para los metales industriales que se utilizan en los dispositivos, incluidos los teléfonos móviles. Por su parte, Adam Jonas, analista de Morgan Stanley, anticipa que las ventas mundiales de automóviles bajarán este año por primera vez en una década.
Ante este escenario, los inversionistas y las personas buscan activos de refugio para su dinero e inversiones más seguras como el oro, debido a la volatilidad en los mercados de acciones; eso es lo que se espera para el 2019.
Pero, ¿cuáles son las causas?
Una de ellas es que el presidente de los EE.UU. libra otra guerra, esta vez con su propio congreso por el cierre del gobierno. Además, las decisiones del líder han influido en la guerra comercial con China, por lo que el factor Trump crea, sin duda, más inseguridades a los mercados mundiales, que ya están con una alta incertidumbre sobre sus hombros.
Otro factor no menor es la desaceleración de la economía mundial, que ya es un hecho, y como tal el país debe tomar las medidas de ajuste para que no impacte mayormente, y cuya economía aun depende del metal rojo.
Una tercera causa es la contracción de la economía de China, que no ha podido despegar y difícilmente se observa que pueda revertir esta tendencia, salvo estímulos que deberían ser informados por su presidente, que seguramente no realizará hasta que termine la guerra comercial.
¿Y qué se espera para nuestro cobre?
El precio sufrirá las mismas consecuencias que las materias primas, por los factores antes señalados. El precio para este año debería estar entre 2,8 a 2,97 US$/lb como promedio anual; sin embargo, a lo largo del año, este subyacente tendrá ciclos muy bajos y ciclos al alza moderados, como es la característica del comportamiento del metal rojo que sigue un camino Browniano. Mientras Chile no entienda que debe industrializar sus riquezas naturales para agregarle mayor valor a éstas, seguirá como un bote a la deriva soportando todas las fluctuaciones del mercado, con una economía basada principalmente en las exportaciones.
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