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Internacional

Los mineros artesanales anhelan apoyo gubernamental para 2013

Lunes 31 de Diciembre de 2012.- Al cierre de 2012, gran parte de los mineros artesanales que hacen vida laboral en Roscio, El Callao y Sifontes recuerdan con cierto pesar que nuevamente sus esfuerzos por creer en las buenas intenciones del Gobierno en relación a la organización y reimpulso de la pequeña minería fueron en vano, debido a que el tiempo transcurrió sin resultado alguno.

Se recuerda que desde la propuesta gubernamental de la reconversión minera en 2006, iniciaron mesas de trabajo que con el pasar del tiempo fueron abandonadas; pero, en enero del año en curso las esperanzas resurgieron tras el inicio de una nueva agenda de diálogos que comenzó en Ikabarú, municipio Gran Sabana; y luego se extendió hacia los demás pueblos mineros.

Objetivos no alcanzados

El sentido de las mesas de trabajo era escuchar las necesidades de los principales actores de la pequeña minería, en miras a encontrar soluciones apropiadas para alcanzar la consolidación de un eje minero industrial mixto entre Estado y trabajadores artesanales. Hasta el día de hoy, tal sociedad no se concretó.

Así mismo, la comisión del Ministerio de Petróleo y Minería buscó mediante las reuniones que los mineros ilegales comprendieran el sentido de la decisión presidencial de nacionalizar el oro, orden que cobró forma en el Decreto Ley 8.413, por lo que su aplicación implicaba la organización obligatoria a través de cooperativas o microempresas.

Vale destacar que la Ley del Oro había sido protestada meses atrás y que tal rechazo dio origen a los conversatorios descritos, los cuales prometían solucionar a corto y mediano plazo el desorden que actualmente se vive en algunos centros de explotación aurífera.

En el presente, el Gobierno continúa sin pronunciarse sobre la aplicación y modificación del Decreto Ley -el cual ha sido prorrogado dos veces- y ninguna acción concreta se ha tomado para que la pequeña minería se organice.

En tal sentido, los mineros desconocen cómo se hará el registro de los miles de trabajadores que sobreviven del laboreo artesanal en las montañas y en las profundidades de los suelos; ignoran cuál es el plan del Ministerio en materia de inversión y cómo se crearán las empresas mixtas. Incluso, aún no comprenden cómo funcionarán tales compañías y cuáles serán los beneficios que aportarán.

Origen del fracaso

Los que participaron en los debates consideran que el factor fundamental para que las discusiones no arrojaran resultados radicó en que los responsables por parte del Gobierno eran personas ajenas a la actividad minera, lo que no les permitió comprender el problema de raíz y por ende, tampoco propició la propuesta de soluciones favorables.

Además, tales representantes del Ministerio de Petróleo y Minería no se encuentran residenciados en las poblaciones mineras, por lo que venían esporádicamente sin demostrar un verdadero interés por llevar a cabo lo que teóricamente había sido planteado por el presidente de la República, Hugo Chávez, cuando habló de la nacionalización del oro.

Todo lo descrito arrojó como consecuencia la toma de decisiones que afectaron la producción de la pequeña minería durante 2012. Entre ellas, la anulación de permisos de explotación y del despacho de explosivos, tópicos que sólo en el último trimestre del año pudieron ser solventados.

Igualmente, el principal comprador del material aurífero extraído por parte de los pequeños mineros organizados y molineros, la estatal Minerven, dejó de cancelar oportunamente por la comercialización de la materia prima; lo que descapitalizó al sector y creó una atmósfera de incertidumbre que persiste hasta la actualidad.

Mientras todo esto aconteció, miles de mineros pasaron meses de inactividad y la recesión económica aumentó en la zona sur. Las federaciones mineras, el gremio de molineros de El Callao, cooperativistas y mineros artesanales se cansaron de hacer denuncias por los medios de comunicación y la desatención permaneció.

Hoy día, la inconformidad continúa a flor de piel y las expectativas para 2013 son muchas. “Demagogia” es la palabra que utilizan los mineros cuando se les pregunta sobre las mesas de trabajo y sobre los planes gubernamentales para con la pequeña minería.

Posible inversión

Las principales necesidades de los mineros están ligadas a la falta de acceso al combustible, problemas de vialidad, escasez de recursos para la modernización de los molinos y para la introducción de tecnologías que permitan mejorar las condiciones de trabajo, entre otras. Al parecer, el Banco Central de Venezuela (BCV) dispondrá de un recurso de 500 millones de dólares para invertir en proyectos mineros en 2013; propuesta que de tornarse realidad cambiará la imagen que hasta el momento los trabajadores artesanales tienen de las promesas gubernamentales. Igualmente, se habló del reimpulso del sector transformador, lo que permitirá la reactivación de la orfebrería y generará nuevas fuentes de empleo.

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