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Aldo Caprile, Académico Universidad de Chile.

El negocio minero chileno se enfrenta a altas y crecientes presiones que aumentan las exigencias sobre su capacidad de gestión… Un modelo de gestión moderno es parte importante del camino para resolver con éxito sus desafíos.

El panorama minero puede siempre parecer auspicioso y muy lucrativo como creencia popular, pero lo cierto es que existen amenazas en el entorno que obligan a los directivos a tomar decisiones con un menor margen de error. La incertidumbre sobre el futuro del abastecimiento energético, mayores demandas sociales, baja de las leyes de concentración de metal, brechas de productividad de los recursos (especialmente las personas), escasez de mano de obra calificada, limitaciones en las capacidades de proveedores de bienes y servicios clave, y el espacio normativo para aumentar las obligaciones medioambientales, son algunos de los riesgos que atentan contra la eficiencia, el spread y el control de costos de las empresas mineras que operan en Chile.

Ahora, así como hay amenazas, también  surgen oportunidades que permiten ir en un sentido más próspero, tales como posibles nuevos yacimientos, tecnologías más efectivas, futuros episodios de crecimiento económico mundial, entre otras. Pese a eso, las amenazas parecen más concretas, duraderas y cercanas que las oportunidades, y es por ello que el negocio minero chileno se enfrenta a altas y crecientes presiones que aumentan las exigencias sobre su capacidad de gestión.

Para hacer frente a un escenario como el que se ha descrito, es importante y necesario que las empresas mineras comiencen a analizar  diversos aspectos relacionados con su gestión, como por ejemplo: coordinación interna, de proveedores y canales; gestión de costos, riesgos, innovación, activos, talentos y competencias; sistemas de información; y sinergias en la administración central. En ese sentido, un modelo de gestión moderno puede transformarse en la piedra angular de un camino hacia el éxito respecto a este tipo de desafíos.

Por modelo de gestión me refiero al conjunto de prácticas, instrumentos y métodos que la empresa utiliza para administrarse a sí misma, es decir, planificar, organizar, dirigir y controlar.

Modelo de Gestión Moderno

Un modelo de gestión  se conforma por el sistema de control de gestión (plan estratégico, indicadores, presupuestos, gestión de costos, esquemas de incentivos, evaluación de desempeño, entre otros mecanismos), y sus otras prácticas del management: sistemas de calidad, seguridad, medio ambiente, gestión por competencias, lean management, six sigma, benchmarking, SCM (gestión de cadena de suministro), CRM (gestión de relaciones con clientes), sistemas de información de gestión, entre otros posibles componentes que la empresa elige de acuerdo a su negocio, estrategia, políticas y características particulares.

Cabe indicar que los modelos de gestión son únicos, que cada empresa tiene el suyo, y están compuestos, principalmente, por prácticas probadas universalmente -como la definición de misión y visión, balanced scorecard, costeo basado en actividades (ABC) y sistemas transaccionales integradores (ERP), entre otras cosas-.

Paralelamente, y algo que resulta relevante de esta clase de modelos es cómo las organizaciones incorporan dichas prácticas a su gestión, de acuerdo a las cualidades, roles, interacciones y adaptaciones que la propia empresa define como las más propicias para conseguir una administración más efectiva. De igual manera, son consideradas las prácticas propias de gestión, diseñadas para abordar mejor las problemáticas propias.

Entendiendo que el objetivo de toda empresa es maximizar el rendimiento de sus recursos (personas incluidas) para obtener el mayor valor posible, el rol del modelo de gestión es fundamental, pues permite asegurar una mayor efectividad organizacional.

Por ejemplo, si los ejecutivos tienen una mirada panorámica de los componentes y procedimientos del modelo de gestión, ellos pueden aumentar la eficiencia al eliminar elementos replicados, como por ejemplo los indicadores similares que se están calculando dos veces (ej: el representante del sistema de gestión de calidad hace su estimación de los reprocesos y disponibilidad de máquinas, y el analista de operaciones hace otra estimación de los mismos indicadores con fuentes, datos o supuestos distintos).

Luego, por el lado de la eficacia, el conocer las interacciones del modelo de gestión facilita la identificación de sinergias en su interior para poder entonces sacar el mayor provecho de las prácticas instaladas (ej: si se conecta el balanced scorecard con la gestión por competencias, se pueden alinear mejor los perfiles de cargos con los indicadores de desempeño y la estrategia).

Para estar a la altura de los desafíos vigentes en la minería, un modelo de gestión moderno debe contar con tres atributos esenciales: integralidad, simpleza y respuesta en tiempo real.

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