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Chile

Hernán Araneda, de Innovum de la Fundación Chile, plantea que sería necesario apostar más a este tipo de formación, cuya importancia para la minería crece a la par del intenso desarrollo de ésta.

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Lunes 01 de Diciembre de 2014.- Año a año aumenta la matrícula de alumnos en Centros de Formación Técnica (CFT) e Institutos Profesionales (IP). Algo sin duda muy positivo, pues aumenta la calificación de la fuerza de trabajo y permite que las empresas estén mejor preparadas para incorporar nuevas tecnologías y aumentar su productividad. Por la ya conocida y creciente necesidad de capital humano que tiene la minería -incluso a pesar de las numerosas dificultades que enfrentan algunos proyectos, la producción sigue creciendo y se requiere más personal calificado cada año-, este segmento de especialización es clave para el sector.

Desde la perspectiva de los jóvenes que optan por la formación técnica superior, particularmente en áreas tecnológicas, se les abren oportunidades de empleo de calidad y posibilidades de acceder a más entrenamiento a lo largo de la vida; señalan desde la Fundación Chile. Para Hernán Araneda, gerente de Innovum fundación Chile, "la formación técnica, además de necesaria y conveniente para el país, es clave para la productividad y empleabilidad". Pero, advierte el ejecutivo, "se requiere mejorar su articulación con otros niveles de enseñanza y con el mundo laboral".

Para esto es indispensable contar con un Marco Nacional de Cualificaciones, señala Araneda. Y explica que hoy existen dos experiencias exitosas en este sentido: la del sector minero y otra de Inacap.

A juicio del líder de Innovum, "es momento de extender este esfuerzo a todo el sistema de formación técnica de Chile, incluyendo a los oficios”. Según explica, es importante asegurar calidad y pertinencia en los programas de educación superior, para lo que se requiere mayor articulación entre las instituciones de educación superior y el mundo productivo, dos sectores muchas veces desconectados. "Sólo si se asegura esto podemos garantizar la calidad de la enseñanza", señalan desde la Fundación. En esa línea, destacan como una experiencia replicable el Consejo de Competencias Mineras.

Especialmente durante los últimos años, el sector minero ha generado una serie de iniciativas. A nivel público, durante el gobierno anterior, el Ministerio de Minería impulsó una serie de iniciativas de capacitación en alianza con Sence, especialmente enfocadas a mujeres, para cumplir también con el objetivo de engrosar la base de participación femenina en la industria. Más recientemente también dieron a conocer una inédita iniciativa en la ciudad de Calama, en la que un grupo de jóvenes está recibiendo capacitación de más de 400 horas; una profundidad poco habitual en cursos de este tipo.

Pero para tener una formación técnica de calidad, pertinente y articulada con el mundo laboral, la receta de Innovum es que sean los CFT e IP los que concentren la solución; y en base a tres pilares: matriculas de carreras que se requieran en el mundo laboral, con estándares de calidad establecidos y con la enseñanza de las competencias que se demandan. Nada más, pero tampoco nada menos.

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