Chile
Lilian Velázquez, Dr. en Minería y docente asociado de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
jueves 22 de mayo del 2025.- Durante los últimos 30 años, la producción de cobre en Chile ha estado marcada por la expansión de la hidrometalurgia, en particular mediante lixiviación en pilas y electroobtención (SX-EW), tecnologías clave para procesar los minerales oxidados. Sin embargo, el panorama actual ha cambiado. Según cifras de Cochilco (2024), la producción total de cobre en Chile alcanzó 5,507 millones de toneladas, lo que representa un crecimiento del 4,9% respecto al año anterior.
Las tendencias históricas muestran que más del 85% del cobre producido proviene de concentrados sulfurados, en contraste con una participación decreciente de los procesos hidrometalúrgicos. Este contexto refleja el agotamiento de los recursos oxidados y el creciente predominio de minerales sulfurados, lo que impone nuevos desafíos para desarrollar procesos sustentables en la minería del cobre.
El procesamiento tradicional de minerales sulfurados se basa en la concentración mediante flotación y posterior fundición, un esquema consolidado pero que enfrenta restricciones importantes: altos consumos energéticos, emisión de gases contaminantes, y dificultades operacionales con minerales de baja ley, alta dureza o presencia de elementos penalizables. Frente a este escenario, la hidrometalurgia de minerales sulfurados surge como una alternativa estratégica para mejorar la eficiencia del uso de recursos y reducir el impacto ambiental.
Uno de los enfoques más prometedores es la lixiviación clorurada, que emplea sistemas basados en iones cloruro, ya sea mediante el uso de sales, soluciones sintéticas o incluso agua de mar acidificada, para disolver el cobre contenido en minerales sulfurados. Esta tecnología ha mostrado buenos resultados en la lixiviación de minerales sulfurados secundarios como la calcosina y la covelina, logrando altas recuperaciones bajo condiciones moderadas. La calcopirita, que representa más del 70% de las reservas de cobre del mundo y es el mineral sulfurado más abundante en Chile, ha sido históricamente resistente a la lixiviación en medios ácidos convencionales debido a la pasivación de su superficie.
En este contexto, los medios clorurados han demostrado una capacidad significativa para mejorar la cinética de disolución de la calcopirita, especialmente en condiciones de temperatura moderada (alrededor de 50°C) y con control en la regeneración de agentes oxidantes. Estos avances han abierto nuevas posibilidades para la hidrometalurgia de minerales primarios, permitiendo vislumbrar procesos industrialmente viables que reduzcan la dependencia de la fundición y aporten a una minería más sustentable.
La implementación de estas tecnologías hidrometalúrgicas no solo representa un cambio de proceso: implica una transformación del modelo productivo, que requiere inversión en investigación aplicada, pilotajes a escala semiindustrial y colaboración efectiva entre la industria, los centros tecnológicos y el Estado. También demanda un marco regulatorio que promueva la innovación y fomente el desarrollo de proyectos con menores huellas ambientales.
En el actual contexto global, donde la descarbonización, la eficiencia hídrica y la sostenibilidad operacional son condiciones clave para el desarrollo minero, avanzar en soluciones hidrometalúrgicas para minerales sulfurados no es solo deseable: es esencial. Chile tiene la experiencia, el conocimiento técnico y el liderazgo necesarios para impulsar esta transición y consolidarse como referente en minería verde a nivel mundial.
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