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Chile

Por Víctor Paredes, director de Power Systems para Chile, Perú y Bolivia en Schneider Electric.

Chile y el hidrógeno verde: una oportunidad estratégica para el desarrollo sostenible

jueves 11 de septiembre del 2025.- Chile está ante una encrucijada decisiva. El impulso al hidrógeno verde ha dejado de ser solo una promesa para convertirse en una estrategia nacional con un potencial transformador profundo. Con más de 70 proyectos en desarrollo y estimaciones de inversión que podrían superar los US$330 mil millones hacia 2050, el país se perfila como uno de los protagonistas del nuevo mapa energético mundial.

Este posicionamiento no es fruto del azar. El país reúne condiciones naturales únicas: una de las radiaciones solares más altas del planeta en el norte, vientos intensos y constantes en el sur, y una creciente capacidad instalada en energías renovables. Pero el verdadero valor de esta combinación radica en su oportunidad de ser puesta al servicio de una transformación mayor, esto es, la descarbonización de sectores intensivos en emisiones y de difícil electrificación, como el transporte de carga, la minería y la industria pesada.

En este contexto, el hidrógeno verde no es solo una alternativa técnica viable, sino una solución estratégica. Permite avanzar en la lucha contra el cambio climático, sí, pero también abre un abanico de oportunidades económicas que el país no puede darse el lujo de desaprovechar. Diversificar la matriz productiva, generar empleos calificados, atraer inversión extranjera y abrir nuevos mercados de exportación son algunos de los beneficios concretos de una apuesta decidida por esta fuente energética.

Sin embargo, no basta con el potencial. Para que Chile consolide un liderazgo real en esta industria emergente, se requiere visión de largo plazo y decisiones audaces. Se necesita una política pública consistente, capaz de enviar señales claras a los inversionistas, así como una institucionalidad moderna que acompañe la velocidad con la que avanzan la tecnología y los mercados. También se necesita una infraestructura energética robusta, preparada para operar con criterios de seguridad, eficiencia y competitividad.

En este camino, la tecnología será una aliada indispensable. La digitalización de los sistemas energéticos, el monitoreo en tiempo real y las soluciones inteligentes de gestión son herramientas que permiten optimizar procesos, reducir costos y aumentar la confiabilidad en toda la cadena de valor del hidrógeno. La experiencia internacional muestra que los países que logran integrar innovación con políticas públicas estables son los que terminan liderando este nuevo orden energético.

Chile no parte de cero. Ya ha demostrado capacidad técnica, compromiso político y liderazgo regional en materia energética. Pero hoy enfrenta un nuevo desafío: transformar su potencial en resultados concretos. Apostar por el hidrógeno verde no es solo una forma de cumplir con los compromisos de carbono neutralidad. Es, sobre todo, una oportunidad para redefinir nuestro modelo de desarrollo, con una mirada sostenible, equitativa y conectada con las demandas del mundo que viene.


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