El 01 de agosto del año en curso, la Comisión Nacional de Energía (CNE) lanzó el documento llamado “Anuario Estadístico 2022”, donde expuso los distintos avances de la industria nacional energética y los correlativos desafíos para los años venideros.

En este sentido, durante el último año se evidenció un aumento en el ingreso de proyectos al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) relativos a energías renovables, siendo los proyectos que buscan la producción de hidrógeno verde la mayor novedad, desde que el hidrógeno verde es una fuente de energía que recién está comenzando a ser aprovechada dentro de la industria energética nacional, existiendo solo seis proyectos que cuentan con su Resolución de Calificación Ambiental (RCA) aprobada, de los cuales solo tres están actualmente operativos.

El hidrógeno verde se ha proyectado internacionalmente como una solución para hacer frente -dentro de lo posible- a la crisis climática, crisis producida principalmente por los altos niveles de contaminación generados en el proceso de producción y posterior utilización de las fuentes energéticas convencionales: carbón, petróleo y gas, también denominados como “energías fósiles”, las cuales al ser utilizadas liberan gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global.

Las características del hidrógeno verde: ser un combustible limpio y renovable, que permite reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, hacen que su implementación y desarrollo en el marco nacional sea fundamental para avanzar a una transición energética totalmente sostenible, que vaya de la mano con las políticas que se han adoptado internacionalmente al respecto.

Es por lo anterior, que el “Anuario Estadístico 2022” entrega resultados alentadores, ya que actualmente hay 11 proyectos ingresados al SEA para tales efectos, siendo que hace unos años esta fuente de energía no estaba contemplada en la industria nacional, evidenciándose una transición paulatina a la utilización de fuentes de energía que contaminen menos, siendo el hidrogeno verde un pilar fundamental en dicha transición.

Por otro lado, el “Anuario Estadístico 2022” expuso que durante el año pasado igualmente aumentó el ingreso de proyectos relacionados con otras energías renovables, tales como: centrales solares fotovoltaicas, centrales eólicas, etc.

En vista de esto, el consumo de energías renovables en la industria nacional actualmente abarca el 20%, siendo que en el año 2017 solamente contemplada un 10% del total, lo cual indudablemente es un dato alentador, pero, que trae consigo ciertos desafíos.

Un desafío importante que tiene la industria energética nacional es incentivar la inversión en las energías renovables, lo cual se puede lograr por distintas vías, siendo un marco normativo unificado que regule los servicios energéticos una de ellas, ya que, si bien actualmente hay normas de distinta jerarquía -Leyes, Reglamentos, Resoluciones Exentas, etc.- que regulan los distintos servicios energéticos, no existe un cuerpo normativo unificado mediante el cual el mercado energético otorgue mayor seguridad jurídica a los distintos intervinientes, contando con incentivos claros para promover la inversión nacional y extranjera en las energías renovables previamente mencionadas.