jueves 14 de julio del 2022.- Hasta el próximo 28 de julio hay el plazo para que las empresas mineras con relaves menores a 100 millones de toneladas cumplan con la “Instrucción general para la vigilancia ambiental del componente agua en relación a depósitos de relaves”, desarrollado por el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) y la Dirección General de Aguas (DGA).

La instancia establece que las mineras que no hayan comenzado con su plan de cierre deberán inscribirlos, tal como ocurrió en abril de este año para los relaves de mayor tamaño (más de 100 millones de toneladas).

Esta normativa busca establecer un estándar de monitoreo común a nivel nacional con énfasis en el componente agua”, para vigilar la estabilidad física y química de las instalaciones con el uso de las últimas tecnologías informáticas disponibles.

Aplica a todos aquellos depósitos que cumplan la condición de haber iniciado su depositación y no haber comenzado la ejecución de su plan de cierre y que, a la vez, cuenten con al menos con una Resolución de Calificación Ambiental (RCA) favorable.

Luego del registro de relaves dentro del plazo, las empresas deberán iniciar el reporte electrónico (para datos discretos) y finalmente la conexión en línea (para datos continuos), según corresponda.

Una vez finalizado el proceso y para comenzar con el correcto plan de cierre, acudirán las entidades técnicas fiscalizadoras ambientales (ETFA) definidas por la SMA, que llevarán los registros y muestreos de los parámetros discretos de calidad de agua (PDCA) para, seguidamente, contactar a empresas especializadas.

Aporte de Hidronor

Una de las compañías que prestan servicios durante el proceso de fiscalización, para solucionar eventuales desviaciones en los parámetros en algún sector específico o lugares en donde haya escurrido agua contaminada, causando daños a las superficies, es Hidronor.

Denisse Triviños, subgerente comercial de Hidronor, plantea que «para llevar a cabo una correcta remediación de los terrenos que se vean contaminados por derrames superficiales o subterráneos de los relaves mineros, producto de la inestabilidad química del agua contenida en los mismos, realizamos un levantamiento del lugar tomando muestras y analizando las concentraciones como, por ejemplo, las de metales pesados, para así proponer la mejor alternativa de confinamiento o saneamiento posible, y desarrollar un plan de acción para el tratamiento in situ si es solicitado”.

De esta forma las empresas pueden avanzar hacia el objetivo de alcanzar una minería cada vez más verde y sostenible, junto con otros proyectos como la carbono neutralidad, que han tomado protagonismo en el panorama industrial chileno.