Chile
La testera de la estatal analizará el futuro de la división luego que el proyecto Rajo Inca quedara en entredicho. El escenario de cierre es una de las alternativas que está sobre la mesa. «Los plazos no dan», afirma el exdirector de Codelco, Raimundo Espinoza.
El futuro de Salvador será parte de los temas que este jueves conversará el directorio ordinario de Codelco, diálogo que se realiza luego que el comité de inversiones de la minera, en sesión especial, decidiera no avanzar en Rajo Inca y también tras las intensas gestiones tanto de Minería como de los propios trabajadores de la división para evitar un potencial cierre, fantasma que ha deambulado en la operación ubicada en Atacama desde el año 2005.
En los pasillos de Codelco ya se habla de cierre. «Efectivamente se puede cerrar», afirma un ejecutivo de la corporación. Añade que, si no el proyecto Rajo Inca se aprueba de aquí a octubre, comienza el descuadre”.
La preocupación está latente, explica el exdirector de Codelco hasta mayo pasado y actual dirigente del sindicato N°6 de Salvador, Raimundo Espinoza. «Es que los plazos no dan», afirma el dirigente quien recuerda que han peleado por más de 15 años para darle continuidad a Salvador, por lo que advierte: «daremos la pelea».
El martes, el dirigente sindical participó de una reunión virtual con las autoridades de la región y también con el ministro de Minería, Baldo Prokurica, quien el viernes pasado se reunión con el presidente ejecutivo de Codelco, Octavio Araneda, para hablar de la división y ayer también conversó con el presidente del CDE, Juan Antonio Peribonio, por la preocupación que genera el proceso que abrió el Estado en contra de la minera estatal.
Espinoza detalla que, de acuerdo al cronograma de Rajo Inca, a fines de este mes se tendría que haber aprobado la decisión de inversión de la iniciativa de US$1.200 millones. Con ese visto bueno, se tendría que haber iniciado la licitación para la adjudicación del o los contratos para el movimiento de tierra, necesario para la construcción del nuevo rajo de la división. También con esa decisión se tendría el capital para realizar las primeras compras de maquinarias, como chancadores y camiones. Añade que ya las obras tempranas del proyecto -los caminos mineros-, estaban listos e incluso terminados antes de tiempo, por lo que se esperaba, previo a la pandemia, comenzar la producción de 95 mil toneladas ante de la fecha estimada. Es decir, unos meses antes de fines del 2021.
«Hoy día el mayor riesgo que tenemos es el tiempo. Si el tema no se soluciona luego, los plazos de la actual mina subterránea con los tiempos del proyecto no se juntan. La demanda del CDE puede ser un proceso que dure un par de años y si en dos meses más no comenzamos a aprobar las compras y licitar las empresas, no vamos a poder hacer las adecuaciones necesarias para entrar en la nueva fase. Vamos a tener que empezar a sacar gente. Esa es la realidad», indica. La división cuenta con 1.300 trabajadores, pero hoy, producto del Covid, hay 700 personas trabajando en la mina subterránea, explica Espinoza.
Problema de comunicación
Para Raimundo Espinoza, la solución para Salvador es política y no técnica. «El tema se soluciona a nivel de las autoridades. Acá tiene que tomarse una decisión política para poder tener una solución rápida, porque en Salvador no tenemos ni 60 o 90 días. Eso es así», afirma.
Estima que hay un problema de comunicación entre las organizaciones públicas implicadas en la aprobación de los proyectos. «Tanto la DGA como Medio Ambiente aprobaron el proyecto Rajo Inca con todo lo que se le hizo: se entregaron todos los antecedentes, se realizaron todas las mejoras y también hubo compromisos en relación a mejorar la recuperación del agua», detalla.
«¿Cómo un directorio como el de Codelco, donde yo era miembro, iba a aprobar un proyecto que no tenía agua y justo sale esto a una semana de su aprobación? Esto tiene que ver con la forma de operar de hace 30 años atrás», explica el dirigente.
Hoy la división tiene autorizada la extracción de 1.800 litros de agua por segundo, pero solo se usan 800 litros, explican en la minera.
Pulso / La Tercera
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