Chile
Sandra Toro, jefa de la Especialidad Estudios y Permisos Ambientales de Arcadis.
El reto de consolidar actividades productivas que aporten a nuestro desarrollo, pero reduciendo nuestra huella de carbono es una tarea que exige de acciones inmediatas y ambiciosas en toda la cadena de valor. Y es que el calentamiento global, y su amenaza a nuestra forma de vida, la biodiversidad y recursos vitales como el agua, nos exige proveer soluciones holísticas y abordar el problema de forma integral.
La gestión ambiental debe procurar la corrección de las externalidades negativas que las actividades productivas generan sobre los componentes ambientales. Por esto resulta una herramienta con un gran potencial para contribuir a que diversas industrias transiten hacia una operación sustentable.
Una gestión ambiental sólida requiere implementar proactiva y tempranamente acciones que se extiendan por todo el ciclo de vida de los proyectos, teniendo la naturaleza como un elemento central. Resultará necesario, en este proceso, lograr un profundo conocimiento del entorno ambiental y social, su interacción, relevancia, su proyección, sus riesgos y amenazas, para converger en forma resiliente y en conjunto hacia los cambios actuales y venideros.
El país, además, está impulsando regulaciones que están en sintonía con las urgencias climáticas, y que exigen a la industria contar con estrategias proactivas para que su gestión y gobernanza (ESG) opere en sintonía con esta evolución.
La crisis ambiental demanda ofrecer una asesoría integral y dinámica, desde etapas tempranas, adaptada a las características y necesidades de cada industria, tomando la sustentabilidad como eje de desarrollo. Esto es especialmente desafiante en Chile, uno de los países con mayores factores de riesgo en este contexto, y que tiene como meta alcanzar la carbono neutralidad al año 2050.
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