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Martín Tavil, director ejecutivo para la Industria Minera de Accenture Chile

Martín Tavil, director ejecutivo para la Industria Minera de Accenture Chile

miércoles 05 de mayo del 2021.- La pandemia ha tenido un importante impacto en la forma que trabajamos y la minería no se ha quedado atrás. De acuerdo con un nuevo estudio de Accenture, producto del Covid-19, el trabajo a distancia en la industria creció un 80%, pasando de un 10% antes de la crisis a un 90% en la actualidad. De acuerdo con el reporte, para el cual fueron entrevistados ejecutivos C-Level de diferentes países, entre ellos Chile, ha habido dos cambios fundamentales en la industria en los últimos meses.

En primer lugar, el Covid-19 ha reforzado y acelerado la agenda digital de la minería. Antes de la pandemia, había equipo de operación remota y camiones autónomos transportando el mineral. La crisis ha impulsado a las empresas a llevar la transformación digital más allá, ideando nuevas formas de ganar eficiencia en un momento en el que menos trabajadores pueden estar en terreno. Por ejemplo, los nuevos centros de centros de operaciones remotas permiten ahora al personal supervisar más funciones a distancia.

En segundo lugar, el distanciamiento social ha hecho necesarias estrategias de trabajo a distancia a largo plazo. Las nuevas estrategias deben garantizar que los trabajadores no sólo estén seguros, sino que prosperen. La pandemia demostró que, aunque el trabajo a distancia puede reducir los costos y aumentar la eficiencia, el bienestar de los trabajadores, su salud mental y su satisfacción general pueden estar en riesgo. Por tanto, las empresas necesitan un esfuerzo concertado para comprender las necesidades de la fuerza laboral y cambiar a estrategias que empoderen a los empleados, dondequiera que trabajen. La buena noticia es que las mineras tienen una ventaja. Un estudio reciente del World Economic Forum (WEF) sobre el futuro de los empleos, concluyó que el 95% de las empresas mineras encuestadas están adoptando estrategias que crean más oportunidades de trabajo a distancia y el 85% de los trabajadores del sector está dispuesto a aceptar estos cambios en su entorno. En el resto de las industrias, en promedio el 80% de las está planeando estos cambios.

En este nuevo contexto, hay tres elementos clave a tomar en cuenta. Primero, la necesidad de la presencia en terreno. Con el distanciamiento social como norma durante algún tiempo, las mineras están analizando los roles e identificando cuáles no necesitan estar localizados en el sitio. Las preguntas sobre quién necesita estar físicamente y qué funciones pueden apoyar al negocio virtualmente, así como la identificación de actividades periféricas que pueden ser interrumpidas. Por ejemplo, funciones no relacionadas con las operaciones de la empresa, como las de RRHH, planificación y finanzas, se transformaron inmediatamente en trabajo remoto cuando comenzó la pandemia.

Antes de la pandemia, pocos empleados utilizaban la política de flexibilidad de su empresa, y pocos dirigentes la promovían activamente, sin embargo, como la pandemia obligó a muchos trabajadores de la industria minera a trabajar desde casa, el trabajo flexible ha encontrado un renovado apoyo. Y, aunque el trabajo remoto y el trabajo flexible será la norma del futuro, también es necesario contar con una política de retorno al trabajo. Esto será cada vez más importante en 2021. A medida que las minas se digitalicen, permitiendo un mayor control remoto de la maquinaria, surgirá una estructura de trabajo escalonada. Habrá menos personas en terreno y las sedes serán potencialmente más pequeñas que antes de la pandemia, ya que más personas trabajarán desde casa.

Las nuevas habilidades en demanda

La transformación de la industria minera está dando lugar a la necesidad de un modelo operativo fundamentalmente diferente. En ese contexto, será necesario pasar de las habilidades mecánicas a las analíticas. La mayoría de las funciones en terreno del sector minero son tradicionalmente de naturaleza mecánica, de mantenimiento, operadores de máquinas e ingenieros que manejan maquinaria minera pesada y vehículos. Por ejemplo, estas funciones implican tareas que son altamente especializadas y repetitivas, lo que las hace candidatas a la automatización.

Por lo tanto, en lo que respecta a la combinación de competencias, las empresas mineras se están preparando para el paso de las funciones mecánicas a las de planificación y análisis. Por ejemplo, un mecánico tendrá que trabajar con la tecnología de IA/ML para predecir los fallos de la maquinaria y realizar reparaciones preventivas; un operador de vehículos mineros tendrá que supervisar de forma remota múltiples piezas de maquinaria autónoma; y los ingenieros de minas tendrán que utilizar la tecnología para planificar y diseñar los lugares de perforación.

Los conocimientos digitales y analíticos ya eran muy solicitadas antes de la pandemia. Con una mayor dependencia del trabajo remoto y virtual, las mineras han visto la necesidad de impulsar habilidades socio emocionales. El informe del WEF lo confirma, al incluir el liderazgo y la influencia social como una de las principales competencias demandadas. Esto es importante porque la pandemia ha provocado un aumento de los problemas de salud mental, ya que los empleados responden al aislamiento y las presiones del trabajo a distancia, lo que requiere que los líderes demuestren una mayor empatía. A medida que los directivos pasan de gestionar trabajadores manuales a analizar datos y gestionar equipos remotos, también necesitarán una mayor capacidad de comunicación y experiencia en la gestión de proyectos y cultural del cambio.

La minería tiene hoy una oportunidad única para transformar la forma en que opera, impulsando el trabajo flexible y más diverso. El momento de avanzar es ahora.


Martín Tavil, director ejecutivo para la Industria Minera de Accenture Chile

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