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Chile

Por Samuel Toro, socio gerente de SYM.

El oro en la sombra: la amenaza de la minería ilegal

lunes 29 de septiembre del 2025.- El precio del oro vuelve a estar en la cima (3.443,66 de acuerdo con el Banco Central). Y con él, crece un fenómeno silencioso que ya está golpeando a varios países de la región y comienza a dejar huella en Chile: la minería ilegal.

Lo que parece una oportunidad económica puede convertirse rápidamente en un problema mayúsculo. La extracción y el tráfico ilegal de oro no solo distorsionan el mercado y erosionan la recaudación fiscal. Lo más grave es que arrasan con los estándares de seguridad, medioambiente y trazabilidad que la minería formal chilena ha construido durante décadas.

Según datos de la ONU, la minería ilegal de oro en América Latina mueve más de 3.000 toneladas de mineral al año y genera ingresos ilícitos superiores a US$7.000 millones, superando incluso al narcotráfico en algunos países. En Perú y Colombia, este tipo de extracción ya representa hasta el 28% de la producción aurífera total, lo que muestra la rapidez con la que puede expandirse si no se controla a tiempo.

En zonas del norte del país ya hay señales preocupantes: faenas improvisadas, accidentes fatales y uso indiscriminado de químicos altamente contaminantes. Todo esto ocurre fuera del alcance de las normas, la fiscalización y las buenas prácticas que distinguen a la minería formal. Cuando ese oro llega a los mercados, llega también con riesgos ambientales, laborales y reputacionales que terminan afectando a toda la industria.

La minería ilegal no es un problema marginal. Si dejamos que crezca, corremos el riesgo de ver afectada la seguridad de trabajadores, la confianza internacional en nuestras exportaciones y la licencia social que permite operar a la minería responsable. Y eso es algo que Chile no puede darse el lujo de perder.

Por eso urge una estrategia integral. Reforzar la fiscalización con tecnología y coordinación entre autoridades. Exigir trazabilidad total del oro, para cortar de raíz los incentivos al mercado ilegal. Ofrecer rutas de formalización para quienes hoy operan en la informalidad, con asistencia técnica y financiamiento responsable. Y, sobre todo, que empresas y autoridades asuman un compromiso conjunto: tolerancia cero frente a proveedores y compradores que no cumplan con los estándares.

Chile ha sido un referente mundial en minería segura y sostenible. No podemos permitir que la fiebre del oro ilegal socave ese liderazgo. Es momento de proteger lo que hemos construido: seguridad, legalidad y sustentabilidad. Solo así evitaremos que el brillo del oro en la sombra termine oscureciendo el futuro de nuestra minería.


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