Síguenos
  • Instagram
  • Youtube
  • Linkedin
  • RSS
0 elementos

José Luis Barroilhet, socio de Spencer Stuart.

Los proyectos en construcción apurarán el paso y una serie de nuevos proyectos entrarán al sistema esperando alcanzar a operar antes de que este ciclo termine.

La gigantesca demanda por cobre y otros metales críticos para enfrentar el cambio climático va a generar un nuevo superciclo en minería. Quizás sea el más grande que hayamos visto. Esta demanda incidirá en los precios y, junto con mayores ingresos, muchos depósitos o fases de baja ley se volverán más rentables.

Los proyectos en construcción apurarán el paso y una serie de nuevos proyectos entrarán al sistema esperando alcanzar a operar antes de que este ciclo termine. Esto generará mucha disrupción en Chile. ¿Estamos preparados para todo lo que significa?

En primer lugar, implicará mucho trabajo en las empresas mineras y también para las empresas de ingeniería y construcción. Aumentará la demanda para los proveedores de equipos mineros y nos llenaremos de proyectos para las empresas de servicios e infraestructura complementaria (como lo son la desalinización y la generación de energía).

Esto requerirá de mucha inversión en la industria y generará incentivos para empujar otros cambios. Esperamos mayor inversión en las nuevas tecnologías para explotar depósitos de baja ley cobre (como lo hace Ceibo y Jetti Resources). Veremos por fin la masificación de las tecnologías eléctricas, robóticas y remotas para operar las faenas y proyectos.

Por otra parte, este impulso va a parecerles a muchos una cosa agresiva. Al expandirse los proyectos aumentará la tensión política y social asociada a esta industria. Es inevitable que aparezcan grupos afectados y que el Estado tenga que arbitrar entre ellos y los grupos interesados en el desarrollo. Esto va a significar presiones y cambios legales para administrar esta tensión de manera positiva y balanceada. Asimismo, veremos un cambio de modelo de negocios y de propiedad, ya que en este nuevo ciclo no será posible que los costos de la minería queden en un grupo y los beneficios en otro distinto.

Por último, es esperable que se produzcan cambios en la relación entre países. Por ejemplo, es natural el acercamiento entre Chile y Argentina para la explotación conjunta de yacimientos fronterizos y el acceso a puertos.  Pero también tendremos problemas por el agua y por la ausencia de una legislación que nos permita trabajar juntos. Creo que lo más incómodo que vamos a tener va a ser la presión de los polos económicos globales por el acceso a estos recursos.

Entonces, ¿estamos preparados para aprovechar este ciclo en la subida y no morir en la bajada? La última vez que vivimos un superciclo (2003-2014) generó muchas mejoras en Chile, subió el PIB per cápita, disminuyó la pobreza y se incrementó la recaudación fiscal (en algún minuto el 20% era solo por cobre). En muchos términos e indicadores fueron los mejores años para Chile. ¿Podremos repetirlo?

martes 22 de agosto del 2023


Los proyectos en construcción apurarán el paso y una serie de nuevos proyectos entrarán al sistema esperando alcanzar a operar antes de que este ciclo termine.

Share This
X
X