Chile
El camino para llegar a la carbono neutralidad al 2050 aportará de manera significativa en la descontaminación del aire y en reducir la pobreza energética de nuestro país fue la principal conclusión de la trayectoria propuesta por el estudio.
El objetivo general de este estudio -realizado por el académico de ingeniería industrial de la Universidad de Chile, Jacques Clerc con la consultora E2BIZ- fue desarrollar y analizar una ruta de descarbonización de la matriz energética, esto es el uso de combustibles fósiles, de Chile al 2050 en línea con el Acuerdo de París. Para ello, se construyeron y analizaron posibles medidas que aportarán a la reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), así como su costo-eficiencia en el contexto nacional. Esto es que al 2050 los sectores emisores deben emitir como máximo la misma cantidad de emisiones que los bosques absorben anualmente.
«La particularidad de este estudio es que agrega factores que impactan directamente en la mejora de la calidad de vida de las personas. Nos dimos cuenta que estábamos frente a tres problemas: clima, contaminación local e inequidad energética. Es por eso que el estudio lo situamos en el ODS7 para que tuviera los tres componentes relevantes, que viera las emisiones globales (cambio climático), emisiones locales (contaminación local) y acceso equitativo de energía de calidad (pobreza energética)», explicó Claudio Seebach, presidente ejecutivo de Generadoras de Chile.
Actualmente la matriz energética total, esto es la utilizada para el transporte, la industria, producción de electricidad, los hogares y el comercio de Chile, se compone principalmente de combustibles fósiles. En el año 2017, solo el 26% de la oferta energética total -oferta primaria e importaciones netas de combustibles- corresponde a energías renovables, principalmente biomasa/leña, y el 74% restante corresponde a combustibles fósiles. El petróleo, el carbón y el gas natural siguen siendo las fuentes dominantes de energía y emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en Chile.
Según la Encuesta Nacional del Medio Ambiente 2018, más del 50% de la población está expuesta a niveles de contaminación por sobre el estándar nacional de calidad del aire causando más de 3.600 muertes prematuras al año. Además el uso de leña no sustentable y húmeda perdura como el energético dominante para la calefacción, siendo la principal fuente de emisiones de MP2,5, lo que sumado a la mala calidad de la vivienda y su aislación térmica, agravan las emisiones por mayor uso de este energético y por ende el daño a la salud de los pobladores.
Por otro lado, tenemos una muy baja eficiencia energética en las viviendas. La pobreza energética se relaciona principalmente con la mala calefacción, según la RedPe 2019, el 34% de los hogares urbanos no tienen acceso equitativo a servicios energéticos de calidad y el 64% de las casas chilenas tienen bajo rendimiento de eficiencia energética. Además, a esto se suma que según la información de la Red Nacional de Monitoreo del Minvu 2017, en invierno, en los días más fríos, las personas más vulnerables viven hasta a 4,5° bajo la temperatura confort.
«Frente a este escenario creemos que electrificar la demanda de energía es la oportunidad más relevante para reducir las emisiones de gases efecto invernadero, la contaminación del aire y la pobreza energética, y aumentar la eficiencia energética. Los resultados de este estudio permitirán mantener un debate informado acerca de cómo lograr una economía baja en emisiones, donde se demuestra la gran oportunidad económica que tenemos de implementar medidas como la electromovilidad y la electrificación de otros sectores como industria y vivienda», comentó Seebach.
Cabe destacar que las medidas que más aportan a la reducción de emisiones ya se están realizando son en el sector de generación eléctrica, como el retiro de centrales a carbón y el aumento de la generación en base a energías renovables. Se estima que alrededor de un 60% de las reducciones necesarias para alcanzar la carbono neutralidad en la próxima década (2020 – 2030) provendrán de medidas en el sector de generación eléctrica, mientras que para las siguientes décadas las medidas en transporte jugarán un rol fundamental para alcanzar la carbono neutralidad.
El análisis de la ruta de descarbonización al 2050 revela importantes eficiencias generadas por la reducción en la demanda de energía en un 30%. Y dado que las principales medidas se relacionan con la sustitución de combustibles fósiles por electricidad, la penetración de la electricidad se incrementa en un 24%, siendo dada por energías limpias como la solar, eólica, geotérmica, etc.
Con la carbono neutralidad la tasa de electrificación pasará de 24% a un 54% liderada por la electrificación del transporte terrestre que pasará del 2% a un 61% y del consumo energético de las edificaciones, que llegará a un 76%.
La curva de abatimiento para llegar a la carbono neutralidad considerando además los beneficios sociales y ambientales, da como la medida más costo efectiva el reacondicionamiento térmico de las viviendas junto con la incorporación de calefacción sustentable con bombas de calor eléctricas. Para llegar a esto tendremos que de aquí al 2050 considerar que más del 50% de las viviendas deberían tener el más alto estándar de eficiencia energética. Otra medida requerirá desplazar la calefacción producida por la leña que hoy es del 70% y reemplazarlo por calefacción por bombas de calor.
Otra medida que tiene un impacto en las emisiones locales y globales es el transporte sustentable donde se propone la implementación de más redes de Metro, micromovilidad eléctrica, uso de tecnologías cero emisiones como el hidrógeno verde para transporte de carga, trenes interurbanos entre algunas otras, contribuyen directamente a la equidad ambiental y de acceso al territorio reduciendo emisiones de gases efecto invernadero. Adicionalmente, si se mira a los medios de transporte privados, como los vehículos y taxis eléctricos, se obtienen beneficios económicos y sociales sustanciales.
Estas medidas y cambios en la matriz eléctrica permite reducir las emisiones y concentraciones de material particulado lo que se traduce en beneficios sociales anuales de US$2 mil millones, gracias a la reducción del material particulado fino (MP2.5) al 2050 en un 90% y alrededor de 3.000 casos anuales de muertes prematuras evitadas. Además al integrar los co-beneficios de mejor calidad del aire, los beneficios sociales de la trayectoria de carbono neutralidad sector energético aumentan en un 40% y los beneficios netos se multiplican por cinco, pasando de 7 a 39 mil millones de dólares.
«En consecuencia, para alcanzar una meta más ambiciosa en materia de mitigación de gases de efecto invernadero, Chile debe idear cómo sustituir consumo de combustibles fósiles por otros menos contaminantes e incrementar el consumo de energía eléctrica generada por medios de energía renovables. Lo anterior reafirma la importancia de una reactivación sostenible que vincule la estrategia climática con acciones de promuevan la creación de empleo, inversión y la reducción de la pobreza energética», finalizó el presidente ejecutivo de Generadoras de Chile.
Generadoras de Chile
Deja un comentario