martes 17 de noviembre del 2020.- El mundo necesita una minería sostenible, nadie duda de ello. Es más, se ha transformado en un requisito a nivel mundial. Así lo demuestran los mercados de metales, que están exigiendo una serie de estándares de abastecimiento responsable, entre ellos una minería integrada, segura y verde.

Hoy nuestro desafío radica en el tipo de minería que queremos y soñamos para Chile y el mundo para lograr la urgente transición energética que tanto nos apremia.

Es un desafío grande, pero nuestro país posee enormes ventajas que nos permiten hacerlo realidad: entre ellos el clúster minero más importante del mundo y la mejor radiación del planeta. Nuestro foco debe estar entonces en generar un crecimiento energético apalancado de una minería verde, que sea reconocida como tal por comunidades, usuarios finales, miembros de la cadena de valor y la sociedad como un todo.

Chile tiene la oportunidad única de posicionarse como líder mundial en esta materia si logra articular colectivamente a la sociedad en torno a la agenda del hidrógeno y minería verde. Generar una visión de futuro compartida que coordine, impulse y catalice los esfuerzos de todos: mineros, no mineros, públicos, privados, academia e industria, centros tecnológicos y corporaciones, comunidades y emprendimiento.

Esta visión y esfuerzo compartido sin duda van a producir un desarrollo de capital humano, fuentes de trabajo, tecnologías, emprendimientos, encadenamientos productivos, políticas públicas, fuentes de financiamiento, entre otros elementos, que permitirán transitar hacia un ecosistema energético y minero sostenible. Al 2030, toda innovación energética y minera que salga de Chile será reconocida en el mundo entero por su aporte hacia un mundo sostenible.

Hoy nos encontramos ad-portas de que se adjudique el Instituto de Tecnologías Limpias (ITL), que estará ubicado en Antofagasta, un mecanismo concreto que permitirá darle forma a esta tremenda oportunidad que tenemos como país. Se trata de la política de innovación más importante, inclusiva y sistémica del Estado de Chile y que permitirá aprovechar la abundancia de recursos naturales de esa región. Su foco estará en el desarrollo de energía y minería verde, lo que generará un tremendo factor traccionante y transformador para Chile, que desbordará los límites de la minería y la generación, transmisión y almacenamiento energético.

La minería se enfrenta hoy a nuevos paradigmas que desafían su tradicional modelo de negocios y que condicionan la sostenibilidad de la industria más importante de nuestro país. Nuevas condiciones sociales, territoriales, comunitarias, políticas y de mercado, imponen el desafío de transitar hacia una minería verde.

Y aquí el hidrógeno verde se revela como una oportunidad única, que debe implementarse como un mecanismo concreto para lograr darle forma al desarrollo sostenible de Chile para sus futuras generaciones. En este desafío, el Instituto de Tecnologías Limpias se transforma en el instrumento clave en la conquista de este sueño que tenemos como país.