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Chile

María Luisa Valenzuela Valdés, Decana Facultad de Ingeniería, Universidad Autónoma de Chile.

Impulso legislativo para liderar la energía del futuro

lunes 15 de septiembre del 2025.- El pasado 19 de agosto, se dio un paso crucial hacia el futuro energético de Chile con el ingreso del proyecto de ley que establece incentivos tributarios a la producción de hidrógeno verde y sus derivados. Esta iniciativa no es sólo una pieza más de legislación; es el reconocimiento formal del hidrógeno verde como una palanca estratégica para el desarrollo económico del país y su transición hacia una matriz energética limpia.

Chile, con su vasta geografía y sus inagotables recursos solares y eólicos, tiene el potencial único de convertirse en una potencia mundial en la producción de este combustible, un verdadero “oro verde” que podría definir la próxima era industrial.

El proyecto, a través de un crédito contra el impuesto de primera categoría, busca animar a las empresas a incorporar este combustible limpio en sus procesos productivos. La adjudicación de este beneficio, a través de una subasta competitiva, es un mecanismo inteligente que asegura la eficiencia y el uso óptimo de los recursos estatales. Además, el proyecto establece un régimen tributario especial para la Región de Magallanes y la Antártica Chilena, reconociendo su inmenso potencial eólico y la necesidad de un marco normativo que atraiga las inversiones necesarias para sus gigantescos proyectos.

El mercado para el hidrógeno verde es global y está en plena expansión. Sectores como la minería, el transporte de carga pesada y la industria del acero, que hoy son grandes emisores, están ávidos de soluciones que les permitan descarbonizar sus operaciones. Chile, con su ubicación estratégica y su capacidad para producir hidrógeno verde a precios competitivos, se posiciona como un proveedor clave para mercados internacionales, especialmente en Asia y Europa.

Ya existen iniciativas privadas de gran envergadura, como la planta de HIF en Magallanes, que nos demuestran que el potencial no es solo teórico, sino que ya está en marcha. Se estima que este sector podría movilizar US$45 mil millones para 2030 y alcanzar un total de US$330 mil millones para 2050.

La legislación propuesta es un paso audaz y necesario que podría acelerar esta dinámica. Al ofrecer estabilidad y certidumbre a los inversionistas, nuestro país se vuelve un destino aún más atractivo para los miles de millones de dólares que se requieren para construir la infraestructura del hidrógeno.

El camino no está exento de desafíos, pero con una política clara y el compromiso de los sectores público y privado, Chile tiene todas las herramientas para no sólo ser un actor relevante en la producción y exportación, transformándose en un líder global en la revolución del hidrógeno verde.


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