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Rodrigo Dupouy, presidente para Latinoamérica de Sorcia Minerals.

Es momento de pasar de ser testigos a protagonistas, y para eso el tiempo de actuar es ahora.

El litio es el presente y futuro de la minería. Este mineral es clave para que el mundo pueda transitar a la electromovilidad, por lo que su demanda ha crecido exponencialmente en los últimos años.

Por eso hoy se habla del “boom del litio”. Chile es uno de los países con mayores reservas naturales de este mineral. Durante años fuimos los mayores productores del planeta, pero nos dormimos y nos rebasaron. Australia nos superó por mucho y lo mismo podría ocurrir ante Argentina y China si es que no reaccionamos a tiempo.

Solo para tener una noción de la oportunidad que estamos perdiendo: El Estado de Chile recibió cerca de US $2.198 millones en el primer semestre de 2022 a través de los impuestos y royalty que paga la mayor compañía autorizada para producir litio del Salar de Atacama. Se espera que el aporte a la recaudación fiscal durante este año, de los dos productores de litio que pueden operar en Chile, sea del orden del 1,3% del PIB, en el contexto de una producción nacional cercana a las 200.000 toneladas de carbonato de litio equivalente al año. Esa cantidad está limitada a lo que la legislación hoy permite, pero podría crecer mucho más.

¿Pero cómo enfrentar este desafío? La producción en Chile no ha aumentado producto de las restricciones legales, que permiten solo a dos empresas producir litio e impiden la explotación de otros salares. Si la industria se abre a nuevos actores, atrayendo innovación, inversión y competitividad, la producción anual podría aumentar en al menos 400.000 toneladas, totalizando 600.000 cada 12 meses.

En ese escenario, aumentar la producción generaría una gran recaudación adicional para el Fisco. Si el precio de venta promedio anual fuese de US $30.000 la tonelada de carbonato de litio, el Estado llegaría a recaudar US $2.956 millones al año por esas 400.000 nuevas toneladas, sumando impuestos y royalty, lo que equivale aproximadamente al 1% del PIB de Chile.

Ahora, si se vendiese a US $54.000 la tonelada, que es el precio de venta declarado en el primer semestre de 2022 por SQM, el aporte extra al Fisco alcanzaría los US $6.121 millones, equivalentes al 1,9% del PIB.

En definitiva, abriendo la industria, y así triplicando la producción de litio en Chile, el Estado recaudaría entre un 1% y 2% extra de su PIB cada año, sólo por concepto de impuestos y royalty. Si proyectamos esto a 20 años, Chile sumaría entre US $59.123 millones y US $122.429 millones más de lo que obtiene hoy por el litio.

Pero hay otro aspecto esencial: perfeccionar la institucionalidad del litio en Chile. Abrir la industria a nuevos operadores, atraer inversión extranjera y tener alianzas público-privadas para aprovechar al máximo el potencial de este mineral. Construir un gran acuerdo país que vaya más allá del ciclo político de turno y del programa de Gobierno del momento, tal cual lo hemos hecho en otras áreas de políticas públicas como las concesiones. Ya son cuatro décadas en que la minería ha evolucionado muchísimo, pero en las que la legislación casi no se ha tocado.

El Gobierno del Presidente Boric ha mostrado algunas señales, como la posible creación de una Empresa Nacional del Litio, pero los avances tienen que suceder hoy.

El mismo subsecretario de Minería, Willy Kracht, comentó hace unos meses en entrevista con El Mercurio que “esto no es un nuevo Codelco” porque ahora tienen que construir la capacidad desde cero. A eso agregó que “no tenemos el tiempo ni podemos darnos el gusto de aprender sin ayuda (…) Necesitamos abrirnos a encontrar socios estratégicos que tengan el conocimiento, con los que podamos establecer una relación de colaboración para explotar litio”.

Esos “socios estratégicos” pueden ser variados actores del mundo privado. Que no se cierren las puertas al resto para asociarse con una o dos empresas; debe aumentar la cantidad de participantes en esta industria. Así, hay más inversión, innovación y competencia, lo que se traduce en mayores ingresos para el Estado y desarrollo para el país.

El “boom del litio” es hoy y no durará para siempre. El precio de este mineral se estabilizará a la baja en el mediano plazo, mientras se siga desarrollando la industria y vayan surgiendo nuevas alternativas para el desarrollo de baterías para la electromovilidad. Es momento de pasar de ser testigos a protagonistas, y para eso el tiempo de actuar es ahora.

jueves 15 de diciembre del 2022


Es momento de pasar de ser testigos a protagonistas, y para eso el tiempo de actuar es ahora.

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