«El proceso de fitoestabilización en el tranque Quillayes, para sembrar especies nativas en esa área, es uno de los elementos que habla de una minería moderna mirando hacia el futuro, que tiene que ser distinta de lo que conocíamos en el pasado», dijo Patricio Pinto, gerente de Asuntos Públicos de MLP.

En marzo pasado se cumplió uno de los hitos del proceso con el inicio de la plantación de 48.000 árboles y arbustos de unas 20 especies nativas como la adesmia, el algarrobo, cola de zorro, coirón, espino, quiló y romerillo, los que tienen como fin reintegrar el paisaje natural de la zona y, a su vez, controlar los eventos de material particulado a través de la vegetación.

El proyecto une tres factores centrales en la operación minera: la productividad, el aporte a las comunidades y la mitigación ambiental, señaló Francisco González, jefe de proyecto vegetacional de la Gerencia de Medio Ambiente de Minera Los Pelambres.

«Incluimos a la comunidad y a los trabajadores también para que se sientan parte de este proceso. Actualmente, seguimos trabajando en cubrir el relave con una capa de tierra de 30 centímetros y después de estudiar más de 20 especies nativas, estamos plantando la que mejor se adaptan a las condiciones del lugar», señaló.

Futuro más sustentable

Los Pelambres busca continuar aportando al desarrollo de la región de Coquimbo con proyectos como INCO, que se encuentra en su fase final y que permitirá que la compañía comience a utilizar agua de mar en su operación.

Además, ya ingresó al Sistema de Evaluación Ambiental el Proyecto de Adaptación Operacional, con el que busca dejar de usar agua del río Choapa y cambiar el trazado actual de su concentraducto.