Chile
600 personas llegaron el sábado 27 al campamento Sewell y 1.500 recorrieron el domingo 28 la Casa 100 y la Población Central, en Coya. En la llamada “Ciudad de las Escaleras”, los visitantes conocieron los edificios que fueron restaurados en medio de la pandemia.
Hasta la llamada “Ciudad de las Escaleras”, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2006, llegaron 600 invitados, entre ellos vecinos y vecinas de la Población Dintrans de Rancagua, Doñihue, Olivar, Machalí y Coya, quienes participaron en visitas guiadas y aplaudieron las intervenciones de actores y actrices de la obra “Sewell, Teatro Musical”, de la compañía Teatro del Homenaje de Chile, y el grupo folclórico “Brotes del Cachapoal”.
Una de las novedades fue la apertura, por primera vez en una visita masiva, de los nuevos edificios recuperados durante la pandemia, gracias a los proyectos liderados por la Fundación Sewell, como la Escuela Industrial (hoy Museo de la Gran Minería del Cobre), sectores habitacionales y la Sala de Ingeniería.
“Cuando hablamos de patrimonio, tenemos que empezar a sentir que es parte de nuestra historia y Sewell tiene valores que lo hacen único. Llegó a albergar a 15 mil personas y hay que recordar que acá se inició la gran minería del cobre y comienza su industrialización en 1905”, recordó Simón Mackay, arquitecto de la Fundación.
En Coya, 1.500 personales visitaron la Casa 100 y en la Población Central recorrieron el Museo Eléctrico, la Escuela de Orfebres, el Palitroque, entre otros sitios de interés, y escucharon a poetas y payadores de la región.
Germán Sandoval, gerente de Sustentabilidad y Asuntos Externos de El Teniente, valoró las actividades y la participación de la comunidad. “Sewell y Casa 100 son muestras del patrimonio que significa la historia tenientina para la región, para nuestro país, y lo estamos celebrando junto con los vecinos y gente de diferentes lugares que nos visitan. Esta es una gran oportunidad para desplegar nuestra estrategia, el triple valor, que busca no solo valor económico, sino que también valor ambiental y valor social comunitario. Estamos muy contentos porque la gente se ha acercado con mucho interés y estamos felices de mostrar parte de nuestra historia”, dijo.
Emoción y nostalgia
Los visitantes valoraron la oportunidad de conocer sitios de alto valor histórico, arquitectónico y patrimonial. “Nací acá, estuve hasta los 5 años y es maravilloso volver. Vivíamos en el edificio 37 y regreso hoy después de tanto tiempo. Me emocioné al recordar los juegos infantiles, el teatro y sus películas. Me alegro de que estén recuperando los edificios. Los encontré hermosos”, comentó Yunia Fuentealba.
Para Nancy Manríquez, en tanto, fue la primera vez que visitó el campamento minero a 2.200 metros de altura: “Me pareció hermosa y fue todo muy lindo, las actuaciones, el grupo de baile y todo estaba muy bien organizado. Me encantó y me hubiera gustado mucho vivir en esa época”.
En Casa 100, Anthony Wemyss, dijo que “es una bonita instancia para venir con la familia y mostrarles a nuestros hijos cómo vivía la gente en aquellos tiempos. Lo que más me llamó la atención es el mobiliario, el piso, que es original de la época. El parque y el patio que tiene alrededor son maravillosos”.
Mariela Rojas contó que “me pareció todo maravilloso. Primera vez que venía, a pesar de que vivo en Machalí hace 20 años. Me encantó el tamaño de las habitaciones. Ha sido un sueño. Vine con mi hijo, mi marido y mi mamá, y lo pasamos muy bien”.
Codelco División El Teniente se ha puesto como propósito seguir recuperando estos lugares patrimoniales e históricos, para ponerlos a disposición de las comunidades y así preservar el valor cultural de estos espacios y de quienes forjaron el desarrollo de la minería en la región de O´Higgins.
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