David Falcón, director de Deloitte y experto en Sustentabilidad
lunes 07 de septiembre del 2020.- A lo largo de su historia, la industria minera ha contribuido en forma significativa a grupos de interés a nivel nacional e internacional. Como resultado de ese impacto, la minería no ha estado exenta de desafíos que han implicado una permanente actualización y adopción de mejores prácticas.
Deloitte registra desde hace años esas exigencias de la industria a través de «Tracking the Trends», un estudio que en la versión 2020, analiza diferentes desafíos como la minería sustentable e inteligente, especialmente relevantes de analizar en el escenario actual.
La minería en Chile está transformándose en una industria sustentable, impulsada principalmente por inversionistas. Tanto estos últimos como la sociedad civil, están exigiendo una mayor transparencia en torno al verdadero impacto social, económico y ambiental del sector. Es por esto que la industria debe adoptar un compromiso de valor más allá de la norma. Posterior a la crisis social y sanitaria, los actores de la sociedad exigirán cumplir con mucho más que con lo mínimo o netamente regulatorio, esperando la adopción de prácticas concretas y esenciales en temas de desarrollo sostenible y el cumplimiento con nuevas exigencias de los inversionistas.
Por otra parte, el Estado está impulsando la descarbonización de la matriz energética del país, por lo que las compañías mineras están tomando medidas para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en sus propias operaciones y las de sus proveedores de servicios y contratistas. Todo esto se enmarca en un profundo compromiso de la industria en contribuir a mitigar los riesgos asociados al cambio climático y crear valor para sus distintos grupos de interés.
Adicionalmente, las empresas mineras en nuestro país están innovando en diferentes materias, para eso es necesario capitalizar la revolución digital que permea en la industria. Las compañías están impulsando un cambio que genere aún más valor en las comunidades en las que operan. Este proceso conlleva identificar las barreras organizativas que impiden acelerar el traspaso de creación de valor a las comunidades y acelerar el proceso y contribución de bienestar de los socios estratégicos que se encuentran en las diferentes localidades aledañas.
En definitiva, el presente y futuro de la minería chilena navegará por estos grandes desafíos, lo que requerirá de un fuerte liderazgo, capaz de comunicar de manera transparente, capacitar a su gente y descubrir cómo convertir el riesgo en oportunidad. Asimismo, las empresas mineras tendrán que operar en un mundo con mayores incertidumbres y exigencias por parte de todos los actores, de forma que tendrán que profundizar y solidificar las relaciones con cada uno de ellos. En otras palabras articular el valor que la minería sustentable aporta a la sociedad y sus inversionistas será clave para transitar de forma adelantada y decidida a los desafíos que el mundo y el país están requiriendo.
David Falcón, director de Deloitte y experto en Sustentabilidad
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