La tecnología es valorada por los chilenos como uno de los sectores que más contribuye al bienestar de la sociedad. Esa fue la principal conclusión de un reciente estudio que corroboró algo que se ha hecho evidente en el último tiempo y especialmente a partir de la pandemia: las soluciones tecnológicas son determinantes para el desarrollo y la calidad de vida.

Lo increíble de esta afirmación es que no se circunscribe sólo a la manera de informarnos, a cómo nos educamos, comunicamos o tenemos una reunión desde una oficina, sino que llega a todos los ámbitos e industrias, entre ellas una que todavía es catalogada como tradicional por la mayoría de las personas: la minería. Recientemente se realizó Exponor, la exhibición referente que reunió a más de 40 mil visitantes para conocer las innovaciones y cambios tecnológicos que están revolucionando el sector que abarca alrededor del 12,5% del PIB con exportaciones que superaron los US$ 31 mil millones entre enero y julio de 2021.

Más allá de los datos duros, que abundan, o de lo impresionante que es ver cómo ha evolucionado la forma de extraer y procesar minerales, no debemos perder de vista que la gran promesa de estos cambios es optimizar las labores de las personas que están detrás de esos números y tienen años de experiencia en el rubro, dotándolas de mayor seguridad, comodidad y productividad. La teleoperación, automatización y digitalización no sólo evitan que ellos tengan que operar en ambientes riesgosos, sino que además dan paso a mecanismos más eficientes y sustentables, en términos económicos y medio ambientales.

Por mencionar un ejemplo podemos referirnos a los nuevos circuitos cerrados de televisión con analítica. Ya no hablamos de cientos de cámaras que graban horas interminables, sino de un software genera automáticamente descripciones de lo que ocurre en el vídeo, es decir metadatos, alertando peligros o anomalías y enviando notificaciones a las personas encargadas. El resultado: mayor seguridad para los trabajadores, ahorro de costos, pues se reduce la carga de la red y las necesidades de almacenamiento, además de menor inversión en tiempo, debido a que es más fácil supervisar las imágenes y realizar búsquedas. En otras palabras, los colaboradores ya no se exponen al peligro, sino que se enfocan en corregir las fallas detectadas por cámaras o sensores, es decir, hay mayor control y menos riesgos.

Como este podría comentar varios casos más, pero no quiero detenerme en ese punto, sino más bien reforzar el llamado a entender la tecnología como un aliado que es determinante para el crecimiento de todo negocio y para mejorar el día a día de cada una de las personas que lo hacen posible. Sólo con innovación podremos encontrar las respuestas que necesitamos y tomar decisiones más acertadas tanto en la rutina habitual como en momentos de crisis.

No hablemos de la minería del mañana porque la tecnología ya llegó y lo hizo para quedarse. Ha sido el sello de Chile a nivel global, somos indudablemente un país minero, pero ahora con una diferencia, pues somos también innovadores.