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María Francisca Yañez – Ph.D, Directora Industry X Accenture Chile

María Francisca Yañez Ph.D, Directora Industry X Accenture Chile

lunes 08 de marzo del 2021.- El Covid-19 y el subsecuente impacto económico ha puesto de manifiesto las desigualdades preexistentes y las vulnerabilidades de los sistemas sociales, políticos y económicos de todo el mundo y, en ese contexto, el cierre de la brecha de género se ha hecho aún más grande. De acuerdo con un informe reciente de Accenture y el W20, la pandemia ha retrasado el camino hacia la igualdad de género en más de 50 años. Un tema que es preocupante, sobre todo en la minería, donde la participación de la mujer es muy baja (8,5%, según Cochilco).

Sin embargo, no todo está perdido. De acuerdo con el informe, el Covid-19 puede ser una oportunidad. El movimiento hacia la igualdad de género puede reforzarse en períodos de gran adversidad. Tras los horrores combinados de la Primera Guerra Mundial y la gripe española, las mujeres ganaron terreno en múltiples áreas, desde una mayor participación en la fuerza laboral y en posiciones de liderazgo, hasta una mayor independencia social y financiera y el derecho al voto. Y la industria minera puede convertirse en un impulsor, que dé el ejemplo a otras industrias respecto del cierre de la brecha género.

En ese contexto, el estudio identifica 10 áreas en las que los líderes del G20 deben tomar acciones para corregir los graves desequilibrios de género y garantizar una recuperación económica equitativa. Incluso un compromiso parcial se podría recortar hasta 14 años el plazo para alcanzar la igualdad de género anterior a la pandemia. Sin embargo, en un escenario de compromiso total, podríamos alcanzar la igualdad de género al año 2061, es decir, 59 años antes de lo previsto antes de la pandemia.

Entre las acciones identificadas se encuentran las siguientes:

1. Salud:
Aumentar la oferta y la igualdad de acceso a los servicios sanitarios de alta calidad mediante un aumento significativo de la inversión en infraestructuras sociales. Garantizar la salud de las mujeres también puede impulsar la estabilidad económica por su impacto directo en los ingresos de los hogares, el mercado laboral y las condiciones de trabajo. Las mujeres que conocen bien y tienen acceso a los servicios sanitarios que necesitan tienen menos probabilidades de sufrir violencia doméstica y tienen más probabilidades de participar en la sociedad, buscar el empoderamiento económico y perseguir sus propios intereses.

2. Educación:
Garantizar que las mujeres y las niñas tengan acceso a la educación, incluido el aprendizaje en línea y que puedan participar en la formación con especial atención en la educación técnica y profesional, las ciber capacidades y oportunidades de aprendizaje permanentes mediante un aumento significativo de la inversión en infraestructura social. El FMI concluye que, si se cierra la brecha educacional, aumentaría la participación laboral de las mujeres un 19%, con un alza de ingresos para los países de 9%. El estudio del W20 y Accenture concluyó que las mujeres con educación universitaria sufrieron un 15% de reducción de sus salarios, mientras quienes no contaban con esos estudios, tuvieron una reducción de 18%.

3. Inclusión digital:
Aumentar el acceso de las mujeres y las niñas a la tecnología digital, especialmente en zonas remotas y rurales, invirtiendo en infraestructura, conectividad de alta velocidad y formación para mejorar las habilidades. Una investigación de Accenture sugiere que si duplicamos el ritmo al que las mujeres se convierten en usuarias fluidas de las tecnologías digitales, se podría acortar drásticamente el plazo de la igualdad de género. Esto también podría permitir a 97 millones de mujeres en todo el mundo -77 millones de las cuales viven en países de bajos ingresos-, para conseguir un trabajo remunerado y reducir así la brecha salarial de género en un 21% en todo el mundo.

Sin embargo, continúa la creencia de que las carreras STEM son para hombres. De acuerdo con el estudio del W20 y Accenture, el 25% de los hombres y el 19% de las mujeres dijo que creen que las carreras relacionadas con Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM) son más adecuadas para los hombres; mientras sólo el 3? los encuestados cree que son más adecuadas para las mujeres.

4. Inclusión financiera:
Desarrollar, en colaboración con instituciones financieras y bancos públicos y privados, productos financieros digitales innovadores, de fácil acceso para aumentar el uso de las mujeres de los servicios financieros. La inclusión financiera desempeña un papel fundamental en el empoderamiento económico de las mujeres. Proporcionar a de las mujeres los instrumentos financieros adecuados se han relacionado con una serie de resultados positivos, como la reducción de la pobreza, una mejor gestión de riesgos, un mayor control sobre los recursos del hogar, la capacidad de iniciar o invertir en empresas, y una mejor educación y nutrición de los niños.

El estudio de Accenture y el W20 mostró que 97% de las mujeres con intereses en el emprendimiento necesitan fondos, pero 45% espera que sea un gran desafío conseguirlos. Globalmente, los hombres también tienen más probabilidades de haber pedido dinero prestado (12% más probable), ahorrado dinero (15%) o realizado un pago digital (17%). Esta exclusión financiera puede afectar a la capacidad de las mujeres para influir en las decisiones de compra del hogar o incluso controlar cómo se gastan sus propios ingresos.

5. Inclusión en la fuerza laboral:
Adoptar una presupuestación con perspectiva de género informada por evaluaciones del impacto de género para garantizar que las medidas de recuperación de la pandemia fomenten una fuerza laboral inclusiva. El FMI proyecta que cerrar la brecha de género en la fuerza laboral podría aumentar el PIB de los países emergentes en un 35%. Sin embargo, las mujeres tienen un 27% menos de probabilidad de ser activas laboralmente, respecto de los hombres, una figura que se ha mantenido sin variaciones desde el año 2005. Esto quiere decir que los hombres tienen un 57% más de probabilidades de ser económicamente activos respecto de las mujeres.

6. Trabajo no remunerado:
Aumentar significativamente la inversión en infraestructura social para crear empleos y fomentar la resiliencia para proporcionar una atención infantil asequible y de calidad, cuidado de dependientes y ancianos a través de un aumento significativo de la inversión en infraestructura social. En todo el mundo, las mujeres realizan la mayor parte del trabajo no remunerado, como el cuidado de niños, personas mayores y otras personas dependientes, enfermas o con discapacidades en el hogar. También incluye actividades más amplias de gestión del hogar, como limpiar, cocinar y lavar. En conjunto, estas actividades no remuneradas, a veces ocultas, pesan sobre la capacidad de las mujeres para encontrar y prosperar en un empleo remunerado.

La encuesta de Accenture y el W20 revela que las madres gastan 1,3 horas más al día en el cuidado de sus hijos, lo que supone un aumento del 29% respecto a los niveles anteriores a la pandemia. Además, las mujeres declaran dedicar 2,3 horas más a la semana a otras tareas domésticas, como cocinar y limpiar, lo que supone un aumento del 21% respecto a los niveles prepandémicos. La mayor participación de los hombres en las actividades domésticas desde el inicio de la pandemia ha aumentado en un 34% y un 25% respectivamente desde el comienzo de la pandemia. Esto podría ser un factor de transformación.

7. Protección de los ingresos:
Implementar mecanismos de protección social y de ingresos para los modelos de empleo alternativo para garantizar una cobertura adecuada para todos los trabajadores de la economía formal e informal. Se debe prestar especial atención a los trabajadores esenciales, los de tiempo parcial, los autónomos y los grupos vulnerables, en particular los de los países de bajos ingresos. En el estudio de Accenture y el W20, el 13% de las mujeres con empleo remunerado que respondieron a nuestra encuesta trabajan sin ningún tipo de protección de los ingresos; esta cifra se duplica al 26% de las mujeres que trabajan a tiempo parcial. Y dada la naturaleza de la pandemia, es preocupante que las mujeres que trabajan a tiempo completo tengan casi el doble de probabilidades de decir que su contrato garantiza la baja por enfermedad respecto de sus compañeras que trabajan a tiempo parcial (47% frente al 26%).

8. Liderazgo:
Garantizar urgentemente la representación equitativa de las mujeres en todos los niveles de toma de decisiones en los organismos políticos y económicos nacionales y mundiales de los sectores público y privado. De acuerdo con el estudio de Accenture y el W20, 52% cree que los hombres tienen más posibilidades de alcanzar puestos de liderazgo en sus países. Sólo 13% dice que las mujeres tienen más oportunidades. Incluso entre los encuestados de entre 16-24 años, el 45% cree que los hombres tienen ventaja frente al 17% que cree que las mujeres la tienen.

9. Emprendimiento:
Desarrollar y financiar planes de acción para estimular la participación de las mujeres en el espíritu empresarial y la innovación, mediante el apoyo a startups, en su puesta en marcha, ampliación y la sostenibilidad, especialmente en el ecommerce y la economía digital. El estudio de Accenture y el W20 revela que dos de cada cinco mujeres desean comenzar un negocio de los próximos cinco años.

10. Data:
Financiar la investigación y la recopilación de datos desagregados por género sobre el curso de la pandemia. Cuando se produce una crisis como una pandemia, los datos detallados que muestren el impacto por género, en todas las geografías y sectores, pueden ayudar a los líderes políticos a diseñar intervenciones de mitigación y recuperación con perspectiva de género. En este sentido ha habido poco avance. En el estudio de Accenture y el W20, muchas mujeres sienten que sus gobiernos han ignorado el impacto de la de la pandemia y la mayoría está de acuerdo con que su gobierno no ha tenido en cuenta el impacto de la pandemia en su género.

En Chile el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género junto a un diverso consejo asesor están impulsando medidas concretas para reducir o mitigar los efectos negativos del COVID en la participación de mujeres en el mercado laboral de nuestro país. Los resultados de esas medidas hasta ahora nos muestran que el desafío generado por el mundo con pandemia es aún más complejo, y por tanto, estas medidas tendrán que ir evolucionando y ser todavía más ambiciosas para no sólo recuperar el retroceso generado por la crisis, si no que avanzar. Esto será un legado para nuestras hijas, nietas, y también para nosotras, quienes hoy estamos laboralmente activas, por eso el plan de acción debe tener sentido de urgencia.

El Covid-19 ha tenido un fuerte impacto en la igualdad de género. Sin embargo, la pandemia puede ser también una oportunidad para avanzar aún más rápido. El momento de impulsar un cambio real es ahora.


María Francisca Yañez – Ph.D, Directora Industry X Accenture Chile

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