Carlos Foxley, representante de ventas para Chile de IDE Technologies
lunes 21 de diciembre del 2020.- En el escenario actual de escasez hídrica que enfrentamos se hace necesario incorporar con urgencia nuevas fuentes de agua y hacer más eficiente la gestión de ese recurso. Basta observar los numerosos informes que realizan organismos de gobierno y no gubernamentales, y a su vez las más frecuentes acciones tales como los decretos de escasez y emergencia, para darse cuenta de que un alto porcentaje de la superficie del país está siendo afectada por la sequía, desertificación y/o degradación de sus tierras.
En este sentido, es innegable destacar el aporte que realizan hoy las plantas desaladoras que existen en diversas comunas de Chile y el mundo.
De hecho, hay interesantes iniciativas en las cuales, con la misma planta de tratamiento de agua de mar, y mediante tecnología de Osmosis Inversa, se produce agua para uso potable, industrial y también para la agricultura. Estas sinergias, sin duda, permiten hacer más eficientes los proyectos y lograr un mejor tratamiento de las externalidades de instalar una mayor cantidad de plantas.
Paralelamente, el costo de la desalinización de agua de mar está siendo cada vez más competitivo comparado con el tratamiento de aguas de otras fuentes, considerando además que dicha tecnología, en muchos casos, resulta más confiable y sostenible en el tiempo.
Si bien el consumo de energía ha sido históricamente uno de los principales costos operacionales de este tipo de plantas, la tecnología de desalinización ha avanzado mucho en la optimización del consumo y su recuperación, y al mismo tiempo el costo de la energía ha disminuido notablemente, a lo que se suman nuevas fuentes renovables de ella.
Por otra parte, cabe considerar que el costo de este tipo de plantas varía según su tamaño, ubicación y requerimiento de distribución, por lo que un valor no es representativo para todos los proyectos. De todas maneras, se logrará mayor eficiencia y, por ende, un menor costo operacional, al diseñar plantas más grandes y que funcionen todo el año produciendo a toda capacidad.
A nivel internacional es interesante revisar el modelo que se utiliza en Israel (donde IDE Technologies es líder y cuenta con más de 50 años de experiencia), para observar cómo la combinación de desalinización de agua de mar para incorporar nuevas fuentes de agua y la reutilización previo tratamiento de las aguas residuales genera un escenario eficiente y sustentable para la población, la industria y la agricultura.
De esta forma, Israel ante un escenario similar al que estamos experimentando en algunas zonas de Chile le ha ido ganando superficie al desierto, incorporado incluso el tratamiento del Boro en las plantas desaladoras para permitir su uso posterior en su importante industria agrícola.
La masificación de este tipo de soluciones demuestra que sus beneficios superan ampliamente a los impactos que generan. Respecto de las sales que se remueven del agua de mar, estas son en general devueltas al mar en un flujo más concentrado y habiendo neutralizado cualquier químico que pudiese haberse agregado en el proceso. De modo que, mediante un adecuado diseño que considera las corrientes marinas del lugar, se homogeniza con las características del agua de mar en una pluma de sólo algunas decenas de metros.
Al respecto, la tecnología de Osmosis Inversa ha probado sus beneficios y confiabilidad, por lo que cabe tomar medidas pronto para dar seguridad en el tiempo al suministro de agua potable, pero también para entregar herramientas a la industria y agricultura para seguir desarrollando sus actividades con un menor impacto al medio.
En resumen, esta tecnología proporciona no sólo un suministro de calidad, sino también la seguridad y sustentabilidad de un suministro no sujeto a variaciones en las precipitaciones u otras condiciones climáticas.
Carlos Foxley, representante de ventas para Chile de IDE Technologies
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