Chile
En la revista Boletín Minero de julio, Diego Hernández hace un balance de la gestión que terminará el 31 de agosto y plantea los principales desafíos para la gran, mediana y pequeña minería.
lunes 01 de agosto del 2022.- Al empezar su último mes como presidente de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), Diego Hernández hace un balance de la labor que inició en 2016 y plantea cuáles son los principales desafíos del sector.
«El principal es reconstruir un marco jurídico e institucional que permita seguir invirtiendo y aprovechar la oportunidad que tenemos de desarrollar todos los proyectos que están en carpeta. Estamos en un momento país y en un contexto global donde necesitamos el desarrollo minero», expresa el directivo en la edición de julio de la revista Boletín Minero.
Hernández agrega que este desarrollo es necesario «a nivel local, para enfrentar los desafíos de la post pandemia, generando más empleos y retomando el crecimiento económico. Y a nivel mundial, para contribuir desde Chile al desafío del cambio climático, a través de la producción de minerales fundamentales para la transición energética hacia fuentes limpias, como el cobre y el litio».
Respecto del escenario que afrontan la gran, mediana y pequeña minería, el presidente de Sonami señala que «para la gran minería, lo principal es poder resistir a los nuevos impuestos que le van a poner. Ojalá que sean digeribles para estas empresas y que no sean expropiatorios, de modo de convencer a los inversionistas para que sigan invirtiendo acá».
«Además, hay otros temas que ya están siendo abordados, tales como la mitigación del cambio climático, la incorporación de energías renovables, disminución del uso de agua continental, bajar las brechas de género, entre otros», añade.
«Por su parte, la mediana minería tiene que aprovechar la oportunidad de desarrollo que está en el programa del gobierno actual y en las intenciones del Ministerio, de desarrollar este segmento. Sin embargo, para eso es necesario tener un marco jurídico adecuado, que distinga entre la gran y mediana minería, de modo de simplificar la obtención de permisos porque hoy tienen las mismas exigencias que la gran minería», recalca.
«Eso es necesario ir adecuándolo y esperamos que el gobierno, si quiere fomentar la mediana minería, asuma esta tarea. Esta es una oportunidad porque no es solo una tendencia nacional, sino que a nivel global se están impulsando proyectos de mediana minería, especialmente en cobre», puntualiza.
Garantías de largo plazo
Diego Hernández afirma que las inversiones mineras son de uso intensivo de capital y de retornos en el largo plazo, con barreras de salida altas que implican que no se pueden invertir miles de millones y abandonar el proyecto si cambian las condiciones.
Ante esto, señala que «se requiere una visión que vaya más allá de un periodo presidencial, incluso de varios. Eso requiere de un marco jurídico que otorgue estabilidad en el trato tributario, de permisos. Por ello necesitamos reconstruir un marco jurídico que otorgue garantías de largo plazo a las inversiones».
Peor y mejor escenario
Consultado sobre cuál es el peor y el mejor escenario que se puede dar, considerando el contexto político actual, el directivo dice que «el mejor y deseable escenario es que el gobierno se ponga la meta de desarrollar proyectos mineros para impulsar el crecimiento económico post Covid. Y que para eso genere un marco jurídico adecuado, que posibilite restablecer las confianzas, a través de acuerdos que permitan avanzar más rápido».
«El peor escenario es que continúe la indefinición del marco legal de la minería y que debido a eso no se retomen las inversiones mineras. En esta línea, que la reforma tributaria en trámite no logre conciliar inversiones con tributación, y como consecuencia de eso, la actividad comience a decaer», advierte.
Ecosistema minero unido
En cuanto a su balance al mando de Sonami, Hernández valora que «un hecho relevante de este período es el generado a partir del proceso constitucional y el riesgo que suponían algunas iniciativas extremas para la industria. Ello requirió que todo el ecosistema minero se uniera y eso es algo muy positivo y que esperamos se mantenga en el tiempo».
«Esto es muy importante porque ayuda a que el país entienda la integración que tiene la minería con la economía, con las comunidades y con todos los grupos de interés nacionales», indica.
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