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Cristián Retamal – Investigador del Programa de Innovación en Manufactura Avanzada lMA+

Cristián Retamal - Investigador del Programa de Innovación en Manufactura Avanzada lMA+

lunes 02 de noviembre del 2020.- El mundo avanza a pasos agigantados hacia la industria 4.0, la cual ha llegado para quedarse. A diferencia de las revoluciones industriales anteriores, el actual proceso considera a la inteligencia artificial como elemento central de esta transformación. Sin embargo, llevar a cabo procesos productivos sin la presencia del factor humano, como comúnmente se piensa al exponer estas palabras, parece ser aún una utopía de la industria automatizada. Así, el concepto de Human-Computer Interaction (HCI) – disciplina que estudia el intercambio de información mediante software entre las personas y las computadoras-, acuñado hace décadas, sumado al big data – conjuntos de datos grandes y complejos-, abren las puertas a la creación de sinergias de gran impacto.

Uno de los factores humanos más sensibles en la industria es la seguridad laboral. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima pérdidas económicas derivadas de enfermedades y accidentes relacionados con el trabajo cercanas al 4?l PIB mundial. En particular, un factor altamente riesgoso y transversal a todas las áreas productivas es la fatiga laboral (mental y física), entendida como la pérdida de eficiencia en una tarea y la aversión a cualquier tipo de esfuerzo, lo cual difunde la sensación de cansancio.

La fatiga laboral es cada vez más reconocida a nivel mundial como un problema de la industria moderna, siendo una de las principales causas de accidentes laborales. Sin embargo, existen pocas tecnologías que consideren su relevancia en los procesos productivos. Esto radica en la dificultad de medición en tiempo real, bajo protocolos no invasivos, es decir, que no conlleven a un deterioro en las actividades de cada operador.  Es así como el uso de biomarcadores se ven limitados por la ergonomía que presentan los biosensores utilizados para la captura de datos, lo que complejiza la toma de decisiones en cuanto a este concepto.

Dado el escenario actual en Chile y el mundo, investigadores de la Universidad de Chile se encuentran estudiando las oportunidades de mejora mediante herramientas metodológicas para el monitoreo y pronóstico de fatiga inducida por diferentes actividades laborales que apoyen en distintos ámbitos la gestión de la fuerza de trabajo manufacturera, tales como en la programación y reconfiguración de turnos o en la prevención de enfermedades psicolaborales y accidentes de trabajo, entre otros. Lo anterior considerando las limitaciones en cuanto al uso de dispositivos físicos y aprovechando las ventajas de los grandes volúmenes de datos para la generación de algoritmos y modelos de gran precisión en la detección.

Y es así como la inteligencia artificial posibilita la sinergia entre humano máquina necesaria para el mejoramiento de los procesos, sin la necesidad de su automatización total, permitiendo a las empresas embarcarse en el viaje hacia la nueva revolución industrial, de la cual ya debieran ser parte.


Cristián Retamal – Investigador del Programa de Innovación en Manufactura Avanzada lMA+

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