lunes 24 de mayo del 2021.- En los últimos días hemos sido testigos del buen precio del cobre -y de otros metales como el hierro-, alcanzando incluso los US$4,8 la libra. Este escenario es sin duda positivo para el país y sus arcas fiscales, en un contexto en que se necesitan recursos para ir en ayuda de los sectores más golpeados por la pandemia de Covid-19.

Según cifras del gobierno, un valor promedio anual sobre los US4 la libra se traduciría en US$8.000 millones en recaudación, monto que podría incrementarse si la cotización del metal sigue en aumento.

Esto reafirma, una vez más, el rol clave de la minería como pilar de económico del país. Pero no hay que olvidar que el precio del cobre es cíclico, y que así como hoy esta alto, también puede bajar. Además, los recursos naturales se agotan, las leyes de mineral de los principales yacimientos han ido descendiendo, y los costos y exigencias de producción son cada vez mayores. De hecho, el estudio Señales de la Minería elaborado por Vantaz en conjunto con Cesco arrojó que los ejecutivos del sector ven como su principal desafío mejorar la productividad.

Por lo tanto, si queremos lograr una industria sostenible en el largo plazo tenemos que pensar también en promover el desarrollo de los proveedores que han surgido en torno a esta industria, junto con apoyar su internacionalización.

Según el último estudio de Caracterización General de Proveedores Mineros (Expande-Fundación Chile, Brinca), de un universo encuestado de más de 300 compañías, el 74% corresponde a empresas pequeñas (de 1 a 50 trabajadores), 17% son medianas (51 a 199 trabajadores) y 9% grandes actores (200 y más trabajadores).

Asimismo, el Primer índice de Transformación Digital (ITD) de Proveedores en la Minería, dado a conocer recientemente por Corporación Alta Ley y PMG, mostró que es un rubro con un relevante desarrollo en Transformación Cultural & Digital: su ITD promedio es 10 puntos superior a la media del país; y casi la mitad de sus empresas pertenecen al segmento de «Expertos», versus la media nacional, que es un 35%.

El informe también reveló que la mitad de estas firmas basan sus productos o servicios en tecnologías 4.0; y que un tercio de ellas ha acelerado sus procesos de transformación digital debido a la pandemia.

Por tanto, existe una masa crítica de emprendedores que no sólo tiene el potencial para crecer en el mercado interno, sino también para salir con productos y servicios a conquistar otros mercados. Pero ese proceso es complejo y requiere de apoyo.

Como ejemplo tenemos el trabajo que ha hecho Australia con su segmento de empresas METS (equipos, tecnología y servicios mineros), esfuerzo en el cual me ha tocado colaborar -junto con Vantaz- apoyando tanto misiones de firmas chilenas a ese país, como de proveedores tecnológicos oceánicos interesados en fomentar la transferencia de conocimientos en esta región.

De hecho, en el marco de estas iniciativas oficiales, 15 compañías australianas presentaron en estos días sus novedades en Perú y Chile, buscando sinergias para avanzar hacia una minería inteligente, verde y segura.

El buen precio del cobre y sus favorables perspectivas -sustentadas en la electromovilidad y las energías renovables no convencionales- son una buena noticia; pero un crecimiento sostenible no se puede basar en factores externos y cíclicos, sobre lo cuales no tenemos control. Sigamos como país la senda de Australia y otras naciones, para dar el salto de ser productor de cobre y otros minerales, a grandes exportadores de tecnología y conocimiento en este campo.