Por Manuel Viera Presidente Cámara Minera de Chile
Las fábulas son un recurso extraordinario creado hace más de 2.000 años en Mesopotamia destinadas a educar y formar valores en los niños y adultos. La fábula de la gallina de los huevos de oro se le atribuye a Esopo un antiguo poeta griego que vivió entre el final del siglo VII aC. Nuestra Minería que es la gallina de los huevos de oro, está viviendo una época difícil donde las últimas decisiones, casi absurdas y no meditadas, le hacen daño irreparable al país en general.
Como es sabido en la Cámara Minera de Chile, una institución objetiva eminentemente técnica, estamos por una minería planetaria, inclusiva y sostenible que apoye al país mediante el desarrollo socio económico. Entonces, es difícil entender cuál es el bien último que buscan en la Convención Constitucional con la aprobación en algunas comisiones sobre ciertas ideas que esperan incluir en la nueva Constitución Política de Chile y que le hacen daño a la minería un sector de clase mundial.
Hacemos un llamado a quienes tienen la enorme responsabilidad de redactar la nueva Constitución a ser responsables con nuestra minería, mirando el bien común de todo el país, y de nuestras próximas generaciones.
Debemos ser cuidadosos, respetuosos, con los logros de la minería. Durante más de 150 años, 3 millones de chilenos dejaron de ser pobres, la producción de cobre llevó a Chile a ser el primer productor de cobre del mundo, a pesar de no tener una industrialización plena.
Para justificar por qué la minería es el motor y corazón del desarrollo de Chile en cualquier ámbito citaremos algunas cifras: algunos éxitos son que es la economía número 46 mundial por volumen de PIB.
Mientras el PIB per/cápita en el mundo crece 311% en Chile ha crecido 547%; Chile es el país con menor porcentaje de población que gana menos de USD 5.5 al día entre los países América Latina; la pobreza se ha reducido desde 48% en 1990 a 6,4% al 2019; tiene el mejor índice de producción per cápita 0,305 ton Cu /habitante; cada minuto el país produce 11 toneladas de cátodos de cobre, ningún país en el mundo puede mostrar estas cifras.
Chile es el país con el mayor índice de desarrollo humano de la región (IDH) puntaje alto 0,843, este índice evalúa el bienestar en un país midiendo los logros en tres dimensiones: la salud, la educación y los estándares de vida, entonces, nos preguntamos: ¿Realmente lo estamos haciendo tan mal para echar todo lo logrado por la borda?
Entonces, volver a nacionalizar la industria minera es una mala decisión que permite ilustrar esta fábula de la gallina de los huevos de oro, es decir la avaricia y decisiones absurdas podrían matar la mejor industria minera del mundo, quedarse callado es ser cómplice pasivo de una posible debacle de nuestra minería, no es nuestro propósito ser alarmista sino más bien ser un catalizador técnico de las decisiones que se tomen.
Como Cámara Minera de Chile tenemos la responsabilidad de llamar la atención del impacto negativo para el país si las decisiones conocidas hasta ahora se llevan a cabo. Debemos recordar que cualquier gobierno de turno tiene como objetivo primordial sustituir importaciones, generar divisas para el país y generar empleos de calidad, la minería contribuye de manera notable en estas tres categorías. Estas decisiones solo llevarían a aumentar la pobreza del país, ya no son solo medidas anti minería, sino que anti crecimiento, anti desarrollo y pro debacle económica y social.
Para quienes conocemos la fábula de «la gallina de los huevos de oro”, esto es lo mismo. Si creen que dejando todo en manos del Estado, poniendo restricciones para que sea solo uno el beneficiario de las ganancias que tienen las compañías mineras, lo más probable es que terminen con un sector que ha sido pilar en el desarrollo económico del país, aquel que le ha aportado los huevos de oro al país y siendo un modelo alabado por el mundo entero a seguir. Pero, ¿por qué encontrar todo malo? ¿No será mejor perfeccionar lo malo y dejar lo bueno?
Recomendamos buscar el equilibrio entre el sector público y privado manteniendo el desarrollo social, crecimiento, el fomento a la inversión, la descarbonización, la industrialización de los recursos mineros, y sobre todo la certeza jurídica y tributaria, dando dignidad al planeta, a las comunidades y a las personas.
Hemos conocido de la aprobación de la iniciativa popular para la nacionalización de la minería, es decir, de las compañías y no solo de los minerales. Sin embargo, más allá de lo obvio, habría que preguntarse: ¿Cómo Chile pagará la expropiación de éstas? ¿Cómo el país responderá a los diversos tratados internacionales que ha firmado en las últimas décadas? ¿Cómo pretenden mantener en operaciones las diversas minas de estas empresas? La verdad, es que la lista de preguntas es extensa.
A lo anterior se suma el aporte a esta debacle realizado por el actual gobierno en desmedro de la minería como la intervención del Código Minero para el financiamiento de la Pensión Garantizada Universal, de lo que hace unos días me referí y que me parece insólito y como dijeron otros, improcedente.
Con el Royalty, no solo se aumenta el gravamen en forma desproporcionada, sino que además se cambian las reglas del juego, lo que da menor certeza y no alienta a los inversionistas a pensar en Chile, como un posible lugar para invertir.
Sumamos… La Comisión de Medio Ambiente de la Convención Constitucional aprobó en general la propuesta de restitución de los territorios indígenas. En ésta se establece el mecanismo de saneamiento, catastro y restitución de tierra, y anula las concesiones para proyectos mineros y empresariales ubicados en territorios que «pertenezcan a pueblos indígenas sin consentimiento previo”. A dónde nos lleva esto? A matar a la gallina de los huevos de oro?
Cuando se habló de escribir la Carta Magna desde una hoja en blanco nunca se esperó que se cambiaría todo el sistema, principalmente el relacionado con la minería.
En columnas anteriores he mencionado que la minería es vista como «la vaca lechera” de los gobiernos de turno; y ahora hago un llamado a los integrantes de la Convención Constitucional a no matar a la gallina de los huevos de oro y a aprender de las moralejas del pasado.
Hemos reiterado también las cifras que aporta la minería y que el país dejará de percibir, más aún, no solo no ingresarán recursos, sino que el Estado de Chile tendrá que pagar por una posible expropiación. ¿Contamos con esos recursos? Quién se hará cargo de las operaciones?
El llamado es a escuchar, a conversar. Hay expertos que pueden explicar las consecuencias de estas acciones. Aún estamos a tiempo de no repetir la historia de la Gallina de los Huevos de Oro. No maten la minería, porque el país se quedará sin nada.
«Las buenas decisiones vienen de la experiencia; y la experiencia viene de las malas decisiones”
Mark Twain
lunes 07 de febrero del 2022
Por Manuel Viera Presidente Cámara Minera de Chile
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