miércoles 11 de noviembre del 2020.- El sector minero cuenta con una inversión importante en TI y se ha elevado permanentemente en los últimos cinco años, debido al creciente número de ataques informáticos a las redes TI y fundamentalmente a las redes OT. Esta inversión, además, ha crecido proporcionalmente a las exigencias que las nuevas tecnologías asociadas al negocio imponen, gatillando la necesidad de una cada vez más creciente y fuerte capa de TI.

Por lo mismo, en la actualidad, la Minería –así como otras importantes industrias en el país- puede apoyar la reactivación con la continuidad en la implementación de proyectos de TI en cualquiera de sus áreas, ya que éstas necesitarán incorporar profesionales internamente o generar proyectos y actividad para partners especializados en esta materia.

Los principales focos de inversión de esta industria se orientan a robótica, virtualización, automatización, comunicaciones y la integración de dispositivos móviles. Respecto de la ciberseguridad, la atención se centra en la protección de redes OT y fortalecer la plataforma en el end point, como también, la seguridad de las redes Wifi de las plantas, los cuales son los principales vectores de ataques.

Y es que la inversión en TI, sin duda, permite reducir los costos de operación, fundamentalmente porque todas las aplicaciones que permiten automatizar, prevenir, mitigar, operar, requieren  tanto de una base de infraestructura física como virtual para soportar la operación. Por ende, el aseguramiento de la calidad en los procesos, así como la seguridad física y virtual, se apalancan a partir del desarrollo tecnológico.

Hoy, la Minería más que nunca necesita conocer su postura y en qué situación se encuentra respecto de la ciberseguridad para proteger el cada vez mayor espacio de exposición que tiene, dado que hay un número mayor de colaboradores trabajando desde cualquier lugar, por tanto la exposición también ha crecido.

Por otra parte, la tecnología para detectar síntomas del Covid-19 se ha vuelto imprescindible en las faenas, ya que si bien la tecnología realiza una gran parte del trabajo, existen ciertas funciones que requieren de personal en terreno, lo cual significa un desafío en mantener tasas de contagios idealmente en cero.

Para todo ello, es vital contar con un partner que pueda estar 7×24 junto al equipo interno, entregando y poniendo a su disposición servicios profesionales de vasta trayectoria como inteligencia de amenazas, análisis de brechas, generación de soluciones complementarias que permitan fortalecer el ecosistema de seguridad y charlas de sensibilización, entre otros, además de la tecnología adecuada.