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Marcello Marchese, Presidente Ejecutivo Finning Sudamérica

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Los riesgos en la industria minera son algo real. Se trata de un negocio que gira en torno a equipos extremadamente grandes y pesados: camiones mineros de gran altura (equivalentes a 3 o más pisos), palas de cable o hidráulicas que pesan cientos de toneladas, motores complejos con múltiples partes móviles y muchos otros equipos que pueden ser potencialmente fuentes de riesgos. Cuando los seres humanos y las máquinas de estas dimensiones interactúan, el potencial de daño existe y es real, pero eso no significa que las lesiones sean inevitables. En seguridad la mala suerte no existe.

Hoy, a 72 años de la tragedia minera metalífera más grande del mundo, que dejó 355 trabajadores mineros muertos en la mina Sewell, actual división El Teniente de Codelco, las cosas están cambiando. Así lo demuestra la publicación en el Diario Oficial de La Ley 21.012 del 9 de junio recién pasado, que garantiza la seguridad de los trabajadores en situaciones de riesgo y emergencias, entregándoles el derecho a suspender sus labores en caso de peligro para su seguridad o salud, sin sufrir perjuicios o menoscabo por parte del empleador.

Para Finning, la seguridad laboral es parte de la cultura corporativa de la empresa, pues es un compromiso que han asumido todos sus trabajadores, desde su Directorio hasta el más nuevo y joven de sus empleados, para mantenerla en los más altos estándares y hacer de ella un valor fundamental. Este compromiso lo hacemos también extensible a nuestros proveedores a quienes certificamos y entrenamos en esta materia.

Para la compañía, la seguridad no pasa por la obligatoriedad en el cumplimiento de las reglas y normas, ni es producto de una imposición, sino que tiene que ver con el convencimiento de que velar por ella es una condición indispensable para el bienestar del equipo humano y la empresa. Por ello, en los países que operamos incluyendo Chile, donde trabajan cerca de cinco mil empleados, se implementó un programa de seguridad laboral con normas claras e intransables, basado fundamentalmente en el compromiso y participación de los trabajadores.

Este compromiso con la seguridad es supervisado y monitoreado desde los niveles más altos de la compañía, todos los empleados reciben una amplia capacitación en seguridad cada año y la empresa se asegura de que cada uno tenga y use el equipo de protección personal apropiado para su trabajo y siga los procesos y procedimientos implementados en esta materia.

Desde nuestra experiencia en la gestión de la seguridad, podemos decir que para velar por ella es necesario trabajar en dos planos: el humano y el técnico.

En el humano, es indispensable contar con un liderazgo efectivo y comprometido, que se haga presente tanto en terreno para supervisar el debido funcionamiento de las faenas, así como en las reuniones de seguridad para reforzar los lineamientos y continuamente estimular a nuestros trabajadores para la realización de un trabajo seguro. También es necesaria una capacitación permanente para entregar a los empleados los conocimientos y la experiencia, necesarias para desempeñar su trabajo; y una evaluación constante de riesgos, con especial enfoque a aquellos de más alto potencial de severidad, a fin de asegurar que éstos son comprendidos y debidamente mitigados con una serie de medidas, tales como, el análisis de los peligros de cada tarea, evaluación previa y programas de vigilancia de salud ocupacional.

La eficacia de estas medidas debe estar respaldada por procesos definidos que incluyan auditorías, revisiones y monitoreo continuo de acciones para corregir los hallazgos de cualquier falla que atente contra la seguridad.

En el plano técnico, es preciso contar con tecnología innovadora para la seguridad de la flota minera y también con un software que administre la gestión e información de seguridad. En el caso de Finning, este software es una potente herramienta que indica qué es lo que está pasando, no solo en los indicadores reactivos, sino también en los indicadores preventivos en las operaciones.

Es preciso que todos quienes estamos en esta industria comprendamos que cuando se trabaja con seguridad, la gente no se accidenta, está contenta, motivada y aumenta la productividad de la empresa. Pero también es importante destacar que no hay nada más satisfactorio  que  ver a todos y a cada uno de sus empleados volver “sano y salvo” a su casa al final de cada turno para rencontrarse con su familia.

Marcello Marchese, Presidente Ejecutivo Finning Sudamérica

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