Agua y Energía, las nuevas oportunidades

Graciela Gómez, Consejo Nacional de Producción Limpia

Se estima que mil millones de personas alrededor del planeta no tienen acceso al agua potable y 1,5 millones de niños mueren producto de enfermedades causadas por aguas no potables y contaminadas. En las condiciones actuales, el agua no es un recurso renovable; la demanda mundial excede la disponibilidad real, lo que nos está llevando a una inexorable crisis si no tomamos acciones.

En las últimas décadas, la disponibilidad del agua en cantidad y calidad en las cuencas de Atacama, además de los impactos producidos por los efectos del cambio climático, han derivado en una evolución progresiva en la competencia entre los usuarios, generando conflictos socio-ambientales asociados por el vital elemento. Sin duda, la expansión de nuestros sectores productivos -minería, agrícola, industrial y sanitarios- suponen mayores requerimientos de este recurso al igual que la comunidad.

En ese escenario, desde el Consejo Nacional de Producción Limpia estamos trabajando en fomentar la eficiencia hídrica, concomitante con la energética, como un pilar fundamental para avanzar hacia el desarrollo sustentable de la región. Asimismo, la gestión de las cuencas representa una oportunidad para promover acuerdos consensuados, entre la sociedad civil, los empresarios, autoridades políticas y comunidades indígenas, que respondan a las necesidades de los territorios.

Al impulsar compromisos entre el sector público y el privado, pactados en convenios de mediano y largo plazo, se espera asegurar la planificación del recurso, su asignación, protección, fiscalización y resolución de conflictos. Así, se busca subsanar brechas evidentes de gestión productiva asociadas a recursos estratégicos y mejorar el estado y funcionamiento de los ecosistemas presentes en el territorio, avanzando así en la gestión integrada del recurso hídrico, la cual tiene que ir de la mano estrechamente de los lineamientos estratégico políticos locales.

Por otro lado, el gran potencial energético de nuestro territorio representa otra nueva oportunidad para el desarrollo de industrias de energías renovables, como son las fotovoltaicas y eólicas, las cuales se han manifestado crecientemente en nuestras tierras y que develan un auspicioso futuro para la diversificación de la matriz energética nacional, siendo nuestra región  un líder en potencia que cuenta con un recurso que podemos seguir explorando sus beneficios en post del desarrollo local.

Al promover una producción más limpia, menos invasiva, responsable, sostenible y sustentable, para la actual y futuras generaciones, fortaleciendo la organización, capacitación y profesionalización y haciendo partícipes activamente a las organizaciones locales público-privadas,  de acuerdo a sus competencias, podemos desarrollar gestión eficiente de los recursos evitando impactos negativos que surgen por su uso inadecuado.

El cuidado y uso eficiente del agua y la energía depende de todos, para lo cual promover una cultura de conservación del agua, a nivel educacional y comunitario, es tarea de cada uno de nosotros. El mundo cambia con nuestro ejemplo y no con opiniones.

María Graciela Gómez, secretaria regional Consejo Nacional de Producción Limpia