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Carlos Foxley, representante de Ventas para Chile de IDE Technologies

Carlos Foxley, representante de Ventas para Chile de IDE Technologies

lunes 31 de mayo del 2021.- De acuerdo a cifras del mercado, los principales actores que han impulsado el uso de la desalinización de agua de mar en Chile son, principalmente, la minería, la industria y las empresas sanitarias, sectores que a través de esa tecnología buscan contar con el recurso hídrico, tan necesario para el desarrollo y la continuidad de sus operaciones en terreno.

La minería privada tiene instaladas hoy plantas desalinizadoras de agua de mar con una capacidad sobre los 5 m3/s, las sanitarias le siguen con aproximadamente un tercio de la minería y la industria, con alrededor de la mitad de las sanitarias. De modo que la minería privada, es hoy, por lejos, la principal industria que utiliza agua de mar desalinizada en sus procesos. De hecho, el uso del agua de mar en la actividad minera representa aproximadamente un 30% del consumo de agua fresca en dicha actividad.

La industria ha invertido en fuentes de agua seguras y estables para desarrollar sus proyectos, de manera que estos sean factibles no sólo comercialmente, sino también desde el punto de vista ambiental y social. Y muy pronto la minería estatal, a través de Codelco y Enami, debiese sumarse a esta tendencia y comenzar a utilizar agua de mar desalinizada en algunas de sus faenas. Los pronósticos de Cochilco apuntan a que, al finalizar esta década, cerca del 50% del agua utilizada por la minería provendrá del mar.

No hay que olvidar que las actividades mineras se extienden, mayoritariamente, en la zona centro y norte del país, áreas que presentan desde hace varios años altos niveles de escasez hídrica.

Lo anterior exige de parte de la sociedad, tanto de empresas como de personas, un consumo racional del agua, lo cual debe estar basado en una conciencia colectiva que impulse el cuidado de dicho recurso, y el reúso del mismo.  Pero también exige que otras industrias sigan el ejemplo de la minería y que después de optimizar el consumo de agua en sus procesos, la demanda de agua sea cubierta con agua de mar desalinizada. Hoy es posible, pues la desalación ha aumentado su eficiencia y bajado sus costos, lo mismo que la energía eléctrica, que es el principal costo operacional de la desalación.

Al respecto, un paso importante dio recientemente el actual gobierno al crear el Ministerio de Obras Públicas y Recursos Hídricos, junto a la Subsecretaria de Recursos Hídricos, iniciativas que buscan, entre otros objetivos, incentivar el empleo responsable de ese vital elemento. No obstante, el tiempo apremia. La desalación es técnica y económicamente factible, pero la desertificación de nuestro territorio y la prolongada sequía obligan a tomar decisiones de manera más rápida de lo que lo hemos estado haciendo como país hasta esta fecha.

Por lo general, el agua usada en la minería tiene dos orígenes. Por un lado, está el agua continental (que proviene de aguas lluvias, nieve, lagos, ríos y aguas subterráneas, etc.) y, por otro, el agua de mar, que puede ser desalinizada (como el caso de Minera Escondida, Minera Candelaria, Manto Verde, y muy pronto Minera Quebrada Blanca, Minera Los Pelambres, etc.)  o empleada directamente (como sucede con Minera Sierra Gorda, Minera Centinela y Minera Michilla, por ejemplo).

En este contexto, en la actualidad hay más de 50 plantas desaladoras de agua de mar operativas en el país, y se espera que ese número aumente en los próximos años, gracias -entre otros – al proyecto sobre Estrategia Nacional de Desalinización que se analiza en el poder legislativo.

Pero, ¿en qué consiste la desalinización y qué tecnologías son las más usadas? En términos simples, este proceso comprende transformar el agua de mar en agua «dulce», ya sea para consumo humano (agua potable) o para uso en actividades productivas (agua industrial). Al respecto existen dos tecnologías a nivel mundial para ello: la desalinización por Osmosis Inversa o Membrana y la desalinización Térmica.

La desalinización por Osmosis Inversa emplea el principio de osmosis para eliminar la sal y otras impurezas, transfiriendo el agua a través de una serie de membranas semipermeables. Se llama «Osmosis Inversa» porque es en el sentido contrario de la Osmosis Directa, para lo cual debe aplicarse una presión suficiente al agua de mar para que pase a través de las membranas. Las plantas que emplean esta tecnología, desde las pequeñas hasta las de gran escala, producen agua desalinizada que puede ser a su vez convertida en agua potable o industrial de alta calidad, tanto si proceden de agua de mar como de agua salobre, a la vez que cumplen con estrictas normas de salud y seguridad.

En tanto, la desalación Térmica usa energía, tanto térmica como eléctrica, para evaporar el agua y luego condensarla de nuevo, imitando el proceso que ocurre cada día en la naturaleza. Donde hay calor residual o suficiente electricidad disponibles, como sucede frecuentemente en las refinerías, plantas de ácido y las centrales eléctricas térmicas, la desalación térmica es una solución viable y eficiente y las tecnologías más conocidas son: la Compresión Mecánica de Vapor (MVC), que utiliza principalmente energía eléctrica y de las cuales hay varias plantas instaladas en Chile; la Destilación de Múltiple Efecto (MED), que emplea fundamentalmente energía residual de vapor de baja calidad o agua caliente; y la tecnología de Evaporación Flash (MSS) que ya casi no se usa por ser más eficientes la MED y MVC.

En el futuro, se espera que la minería siga creciendo en base al uso de agua de mar, y una pregunta que debiésemos hacernos es ¿por qué si la minería lo hace, otras industrias no siguen ese ejemplo? No hay que olvidar que Chile tiene más de 4.000 km de costa, y la mayor parte de la industria y población está a corta distancia del mar, y hoy existe la tecnología para desalinizar con mínimo impacto en el medio ambiente y a un costo económico. Entonces ¿por qué no seguimos el ejemplo de la minería en otras actividades y así aseguramos el suministro de agua potable a ciudades como Santiago, con agua de mar desalinizada, tal como se hace actualmente en Antofagasta o en ciudades como San Diego en Estados Unidos y Tel Aviv en Israel, por mencionar algunas?


Carlos Foxley, representante de Ventas para Chile de IDE Technologies

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