Desde la estatal explicaron que el fin de la operación de esta unidad se debe al alto costo que tiene para la división mantener una fundición tan antigua, sumado a que actualmente el mercado es más competitivo, ofrece una mejor tecnología y tiene proceso más limpios.

Sobre este proceso, que es parte de la transformación busca dar paso a nuevos procesos y alternativas de negocio con nuevas tecnologías; el ingeniero del área, Luis Sanzana, explicó que «promover la empleabilidad de la gente es lo más importante y también la productividad, por eso se entiende que se haga un rediseño enfocado en las áreas que son productivas y competitivas».

«Sí se hace un proceso de transformación para conservar la productividad de los talleres mecánicos de Chuquicamata, como maestranza, calderería y servicios metalmecánicos, dejando un espacio para los trabajadores de Fundición de Fierro se repotencien en otras actividades que sirvan a futuro», agregó Sanzana.

Una jornada emotiva

Como parte de esta finalización, el área realizó una emblemática «colada» (vaciar el metal líquido en el molde), siendo relevante por dos aspectos; fue la última más grande en términos de tonelaje, ya que fundieron ocho toneladas y media, e implicó que participara todo el equipo de trabajo de la unidad.

Hito, sin duda emotivo, en que los trabajadores fueron protagonistas: «Fue un momento triste, sabemos que el taller irá a cierre y que estos son os últimos días. Personalmente me ha cobijado por 31 años y acá están todos mis sueños, mis hijos, mi familia y todas mis nietas las he logrado gracias a esta fundición. Chuquicamata cambia y también debemos hacerlo nosotros», expresó emocionado el jefe de turno de la unidad, David Pinto.

«Este es un proceso histórico, pero me siento excelente. Ya estoy por irme, agradecido de Codelco que me ha dado conocimiento y las oportunidades de criar a mis hijos», dijo, por su parte, el operador mayor de la Fundición de Fierro de Chuquicamata, Carlos Miranda.