Chile
El trabajo en conjunto que se inició en octubre de 2020 en el vivero de la Hacienda Cauquenes, busca desarrollar especies nativas con problemas de conservación y, a la vez, permitir a la División cumplir sus obligaciones de reforestación y forestación.
Así, pasó de ser un lugar reproductor de especies arbóreas a ser el Centro de Investigación de Ecosistemas Mediterráneos (Ceiem), una institución creada para avanzar en la investigación y reproducción de especies forestales con problemas de conservación.
Luis Hernán Concha, director de Medio Ambiente de El Teniente, explica que el trabajo radica en la «investigación y desarrollo conjunto de las especies nativas más adecuadas a las necesidades de El Teniente para que cumpla con sus requerimientos de reforestación y forestación principalmente en Carén, en el actual y desafiante escenario climático”.
«Hay una búsqueda conjunta de soluciones tecnológicas para enfrentar situaciones como el calentamiento global y el déficit hídrico, a través de la producción de plantas mejor adaptadas que necesite El Teniente para cumplir esas obligaciones”, agrega.
El acuerdo con el Instituto Forestal ha puesto foco en especies como el naranjillo, el lingue, la palma chilena, el canelo y otras que están en categoría de conservación. Además, se incluyen algunas especies de cactáceas como de bromeliáceas.
Paula Fortín, directora de Proyectos de Sustentabilidad, señala que «hay un compromiso para ver cómo los estudios de los planes de compensación de los futuros proyectos que enfrentará la División, como el API Desarrollo Carén, contemplan situaciones como la crisis hídrica. Nos preocupa, porque aunque esos planes deben presentarse en 2026, hay que pensar desde ahora cómo hacer la investigación que permita enfrentar con éxito los desafíos que tenemos”.
«La autoridad hoy nos llama a hacer una recuperación ecosistémica que son palabras mayores y debemos investigar para cumplir con esos compromisos”, remarca.
Actualmente, en el vivero y el invernadero de la Hacienda Cauquenes existen 130 mil ejemplares vivos y 80 mil en proceso de germinación.
«Una de las deficiencias que teníamos era que no disponíamos de una sala de germinación, limpieza y estudio de semillas. Hoy, ya habilitamos una cámara de frío que nos permite almacenar y tener un stock disponible de semillas que son muy necesarias en un contexto actual de escasez a nivel mundial”, explicó Sebastián Astroza, ingeniero agrónomo y jefe de producción del Centro.
Soluciones para los problemas técnicos
Iván Quiroz, administrador del Centro: «Producimos especies que están en la categoría de conservación que son difíciles de encontrar en el mercado como las cactáceas o abiantum gertrudis (requerida también por exigencia de Resolución de Calificación Ambiental, RCA), pero también aportamos a encontrar soluciones a problemas técnicos. Contamos con un invernadero en el que controlamos las variables ambientales como temperatura, humedad y radiación, entre otras, que nos permiten producir especies como la palma chilena y cactus”.
Sara Jara González, jefa de cuadrilla del vivero: «Nuestra labor es sembrar, podar, desmalezar, limpiar las semillas. Llevo 18 años trabajando aquí y me llena de orgullo lo que hago. Es muy bonito ayudar a darle vida a los árboles y aportar a hacer al planeta más verde y sustentable. A la persona que le cuento de qué se trata mi labor, me dice que es maravillosa. Y es cierto, para mí es una terapia”.
Luis Hernán Concha, director de Medio Ambiente: «Nos sumamos al foco principal del Infor, que está en la investigación científica, para mejorar la condición de forestación que tenemos en la actualidad y para los crecientes desafíos futuros, como la escasez hídrica. Lo más importante es que el conocimiento científico quede plasmado en el estudio que está haciendo el instituto y sus validaciones prácticas, para proyectar gestión forestal hacia el futuro”.
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